El 30 de enero de 2016, el Comité Federal del PSOE, ratificó la Resolución Política aprobada por ese mismo órgano el 28 de diciembre de 2015, que en el tema del Referéndum catalán que pretende Podemos como condición sine qua non para pactar un gobierno de progreso con los socialistas reza del siguiente tenor literal:
“La autodeterminación, el separatismo y las consultas que buscan el enfrentamiento sólo traerán mayor fractura a una sociedad ya de por sí divida. Son innegociables para el Partido Socialista y la renuncia a esos planteamientos es una condición indispensable para que el PSOE inicie un diálogo con el resto de formaciones políticas”.
El actual portavoz del Grupo Parlamentario Socialista en el Congreso de los Diputados, Antonio Hernando, al que Pedro Sánchez ha encargado la tarea de encabezar las negociaciones de cara a intentar la investidura el 2 de marzo, ha declarado que: Negociar con Podemos sin rechazo al referéndum no es «saltarse» al Comité Federal. Algo que me parece es tomarnos el pelo a los militantes socialistas, representados en el Comité Federal, órgano de control de la Ejecutiva Federal y único con potestad para fijar la política de pactos del PSOE.
Como excusa para seguir negociando con Podemos, Hernando ha señalado que Pedro Sánchez también se va a reunir con los independentistas catalanes de ERC y DL, para decirles que nosotros, se refiere a los socialistas, no estamos de acuerdo con sus pretensiones. Y esto, vuelve a parecerme a mí una tomadura de pelo a la inteligencia de la sufrida militancia del PSOE.
De verdad Hernando quiere comparar la reunión con ERC y DL, de los que por otra parte, necesita su abstención para poder sacar adelante su proyecto de gobierno de progreso. Una reunión que se enmarca en la costumbre o cortesía parlamentaria de que el candidato se reúne con todos y cada uno de los líderes del resto de las formaciones del arco parlamentario, con las negociaciones en toda regla que mantiene con Podemos, único supuesto aliado con peso suficiente en votos y escaños para tratar de que no sea el PP quien vuelva a desgobernar España, cuatro largos años más.
Dejado claro que sí, diga lo que diga Hernando, sentarse a negociar con Podemos y su exigencia de un Referéndum de Autodeterminación en Catalunya, contraviene la literalidad y el espíritu de la Resolución del Comité Federal del PSOE, son más que nítidas las intenciones de Pablo I y Podemos al incluirla entre sus principales reivindicaciones: impedir que el PSOE pueda pactar con ellos un gobierno de cambio y forzar la celebración de nuevas elecciones, convencidos de que en este escenario electoral, sus resultados serán mejores que los de su archienemigo, el PSOE, o sea, nosotros.
Para seros sincera, a mí me escandaliza mucho más que el Referéndum de autodeterminación de Catalunya que la exigencia de Pablo I de una vicepresidencia del Gobierno plenipotenciaria que propone para su persona, que haría del cargo de Presidente de Pedro Sánchez algo meramente ornamental. Un cargo, el de su líder mesiánico, para el que Podemos ha necesitado 6 folios para describir, ¡6 folios!
Me escandaliza mucho más que en lugar de sentarse a negociar sobre el documento presentado por el PSOE, ya que ha sido Pedro Sánchez el que ha recibido el encargo del Jefe del Estado de formar Gobierno, los podemitas se dediquen a dar ruedas de prensa en las que diseñan Ministerios, Secretarías de Estado y funciones de las mismas, como si con sus 64 diputados (no olvidemos que los de Compromís se han ido al grupo mixto cansados de las falsas promesas de Pablo I) tuvieran la más remota posibilidad de gobernar.
Y me escandaliza hasta ponerme al borde de la náusea, que aquellos que venían a cambiar la política, que decían representar a los de abajo y que querían acabar con la casta, desde el día en que resultaron elegidos hayan exigido:
- Grupos parlamentarios propios, con sus subvenciones, tiempos de intervención y demás prebendas.
- Sentarse en un lugar bien visible por el tiro de cámara en el Congreso de los Diputados, no sea que lo se les vea cuando monten sus numeritos.
- Vicepresidencias y ministerios en el Gobierno, pero no aquellos que se ocupan directamente de los problemas de los que sufren, de los más desfavorecidos, como podrían ser Trabajo, Sanidad, Asuntos Sociales… sino la tele, el CNI, el BOE y “la corrupción”.
No fiarme de Podemos, del Podemos de Pablo I, porque parece que hay varios podemos, dependiendo del territorio en el que nos encontremos no me hace peor socialista. No querer formar gobierno a la desesperada y cogidos por las partes blandas por Pablo I no pone en contradicción mis principios y valores de izquierdas. No tener miedo de enfrentarme a unas nuevas elecciones no me convierte en facha, pepera, ni partidaria de la gran coalición. Ya os adelanto que cuatro años más de gobierno popular me parece la muerte a pellizcos y lo deseo tanto como que me arranquen las muelas sin anestesia.