Lo prometido es deuda, tenía pendiente poneros las razones por las que, a dos días de cumplir seis meses de mi vuelta, tras cumplir un año de suspensión de militancia, también porque a Pedro no le gustó que en el pasado criticara la cerdada que le hicieron a Tomás Gómez, quien casi tres años después sigue sin ser imputado por delito alguno, en el PSOE me volvieron a abrir un expediente disciplinario, con suspensión cautelar de militancia incluida.
Como no tengo ganas de andar pasando el PDF a texto, os pongo unos pantallazos y los leéis si os apetece conocer qué graves ofensas he proferido contra el amado líder y cómo he socavado, yo solita, los cimientos del socialismo español. Es lo que tienen los líderes de barro a los que idolatramos en estos tiempos de la posverdad, que no soportan un análisis objetivo de sus actos.
Ninguna de mis afirmaciones son mentira, no hay una sola crítica que no se sostenga en hechos y actuaciones de la ejecutiva del PSOE y no hay un solo insulto a la persona sino opiniones fundadas sobre resultados electorales, valoraciones en las encuestas y medios de comunicación. Algunas son tan ridículas como darse por aludidos en cosas que ni siquiera estaban pensadas para ellos, he dedicado media vida al PSOE, pero tengo vida propia, amigos y enemigos ajenos al partido y sentido del humor.
Ante esta falta de libertad de opinión y expresión en el Partido Socialista Obrero Español, ante la arbitrariedad de perdonar y hasta premiar laboralmente a quienes insultaron gravemente a líderes regionales o históricos del PSOE mientras se persigue a quienes hemos defendido y apoyado a otra candidata, haber pedido la baja es lo mejor que he hecho en los últimos tiempos.