Con motivo de su muy cercana jubilación, ayer, la Junta Municipal de Chamartín realizó un sencillo homenaje a mi madre y cuatro maestros más del Distrito que se jubilan al terminar el curso el 30 de junio.
En el acto se proyectó una secuencia de fotografías con el relato de su trayectoria vital, tanto profesional como humana que pese a su sencillez resultó muy emocionante.
Mi madre tiene 60 años. 60 años que no aparenta pero que carga a sus espaldas en los que ha habido luces y sombras, aunque con el paso de los años más de las primeras que de estas últimas, confío.
Mi madre es una madre atípica. Ella creía que a los hijos había que darles cariño, amistad y libertad, y algún zapatillazo de vez en cuando. Que había que dejarles equivocarse y madurar con los errores por aquello de que lo que no te mata te hace más fuerte. Siempre procuró razonar con nosotras antes que imponer su criterio.
Yo soy más como el Encantador de Perros, creo que los hijos necesitan disciplina, ejercicio y al final, cariño. Si, encarno un modelo de madre autoritaria, quizás por contraposición a la mía, eso que hacemos los hijos de ir en contra de los padres para reafirmarnos. No lo se, tampoco me importa mucho.
Así que mi madre ha sido mi amiga más que mi madre durante gran parte de mi vida y eso está bien, que para modelo de madre mandona, exigente, controladora y castradora, ya tengo a mi abuela Fita (menos mal que ella no lee este blog, si no, no tendría cojones a ponerlo).
Enhorabuena madre, ahora empieza lo bueno, no tener que trabajar para vivir, sino vivir para gozar. ¡Disfrútalo que te lo has ganado!