En los últimos tiempos, se ha oído y leído mucho acerca de las primarias del Partido Socialistas Obrero Español a raíz de la destitución de Tomás Gómez, elegido por la militancia, al frente del Partido Socialista de Madrid, la disolución de su Ejecutiva, del Comité Regional y la puesta de Madrid en manos de una Gestora dirigida por Rafael Simancas cuya principal labor ha sido la de “interpretar” la voluntad de la militancia madrileña para designar al sustituto de Gómez.
Para aclarar algunas cosas hemos de explicar que en el PSOE tenemos recogidas, estatutariamente, dos tipos de primarias para la elección de cargos internos y cabezas de lista, lo que se ha venido llamando primarias abiertas y cerradas y que yo prefiero llamar primarias abiertas a la ciudadanía o primarias de militantes, pero que vienen a determinar el censo electoral. En el primer caso, cualquiera que se inscriba, firme el documento de adhesión a los principios y valores socialistas y pague una cuota de entre 1 y 3 euros. En el segundo caso, todos los militantes socialistas del territorio en cuestión.
Según nuestras últimas Resoluciones Congresuales y Conferencias Políticas, es obligatorio realizar primarias abiertas a la ciudadanía para elegir al candidato o candidata nacional, el que se presentará a las elecciones generales de fin de año; es potestativo de cada territorio hacerlas abiertas a la ciudadanía o de militantes en las Comunidades Autónomas y está prohibido hacerlas abiertas a la ciudadanía en los Ayuntamientos. No entro a dar mi opinión sobre la idoneidad de uno y otro procedimiento, me limito a enunciarlos para que la gente tenga claro de qué se habla en cada caso.
De manera extraordinaria y pese a que muchos decían que no se podía y otros defendíamos desde hace años que era vital, elegimos al Secretario General federal mediante un procedimiento de voto directo, secreto y en urna de todos y cada uno de los militantes del Partido Socialista, fue el verano pasado y el elegido fue Pedro Sánchez Castejón.
En todos estos procedimientos, externos o internos, abiertos a la ciudadanía o de militantes, el paso previo para ser considerado candidato es reunir un número mínimo de avales, algo que también está recogido estatutariamente y que es igual para toda España, si no recuerdo mal se fijó un 5% en el caso del Secretario General Federal, un 15% para los candidatos a las Comunidades Autónomas y un 20% para los aspirantes a los Ayuntamientos. El número es mayor cuanto menor es el censo por evitar que injerencias externas puedan alterar la voluntad de la militancia. Tampoco entraré a valorar si me parecen muchos o pocos porque solo estoy enunciando las reglas del juego.
Con este panorama normativo se han elegido todos y cada uno de los candidatos en todas y cada una de las Comunidades Autónomas. Así se eligió a Susana Díaz que fue la única que reunió avales suficientes en Andalucía tras la dimisión de Pepe Griñán y por eso hoy es la candidata y segura ganadora de las elecciones que se celebrarán el 22 de marzo. Así se eligió a Guillermo Fernández Vara en Extremadura, que aunque anunció primarias abiertas a los extremeños fue el único que reunió avales suficientes para ser candidato. Así se eligió a Emiliano García Page que igual que en el caso anterior fue el único que reunió avales suficientes para ser candidato en Castilla La Mancha y así se eligió a Tomás Gómez que fue el único que reunió avales suficientes para ser candidato en Madrid.
Aclarado pues que la elección en primarias, según los Estatutos y Reglamentos del PSOE, consta de dos partes, la primera reunir avales suficientes para ser candidato y la segunda, en caso de que más de un aspirante los alcancen, votación en urna de la militancia o de la ciudanía, sería deseable que dejáramos de cuestionar a un compañero avalado mayoritariamente por la militancia solo por el hecho de que no se haya tenido que recurrir a la segunda fase de las primarias, entre otras cosas porque es el caso que más se ha dado entre los líderes regionales y estaríamos ensuciando el nombre de todos y cada uno de ellos.
PD MI COLUMNA DE LOS JUEVES EN DIARIO PROGRESISTA: COMPUESTA Y SIN PARTIDO
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