ME GUSTA QUE LOS PLANES SALGAN BIEN

Tienen ustedes, queridos lectores, que permitirme que use esta memorable frase de Anibal Smith ahora que el tiempo, poco la verdad, me da la razón.

En días anteriores he dejado aquí un par de reflexiones que creo necesario traer al caso, la primera es que el cambio de Gobierno iba a ser muy positivo por la incorporación de buenos oradores, políticos didácticos y prácticos que conectan con la sociedad como Alfredo Pérez Rubalcaba o Ramón Jaúregi, la otra no menos importante es que la derecha tenía miedo, que por primera vez desde que empezó la crisis y se echaron a dormir esperando el gran batacazo socialista, ven que su sueño dorado, La Moncloa, se aleja inexorablemente.

Que el cambio es positivo ya es un hecho cuantificable, el último pulsometro de la ser deja la distancia entre el PP y el PSOE en 7.5 puntos, que siendo muchos, son 5 menos que la máxima distancia alcanzada hace escasas semanas, 12.5 puntos.

Que el PP tiene miedo se ha visto en varios momentos, en el espectáculo tan penoso que dieron en el Congreso, sacando a su peores esperpentos a defender a Soraya Saez de Santamaría del malo maloso de Rubalcaba; en la resucitación de las teorías conspiranóicas del 11-M y acusaciones de falta de legitimidad de la victoria socialista de 2004… pero sobre todo se ha visto en la desacertadísima entrevista que ha dado a El Pais, Mariano Rajoy, este domingo.

En un gesto sin precedentes en don Mariano, ha decidido dejar de ser el camarón que se duerme para desgranar sus medidas estrellas, medidas que consisten en privatización, recorte de los derechos sociales y de los trabajadores, disminución de impuestos para los ricos, desaparición de servicios públicos básicos como la Sanidad o la Educación…

Si con esto pretende dar la vuelta a la recuperación del Gobiernos socialista, se confunde de medio a medio, que sus votantes acérrimos estarán encantados con este programa ultraconservador en lo moral y ultraliberal en lo económico, es verdad, pero ¿qué gana con esto? Nada, si ellos le van a votar igual, haga lo que haga, con corrupción, con escándalos, con Gurtel, Brugal y lo que sea.

Lo único que consigue es espantar a ese electorado que se autodenomina de centro, que cree que la derecha es mejor gestora y por eso les votan aunque no comulgan con todo lo demás, despertando, por otra parte, a nuestro voto dormido, ese voto muy crítico de izquierdas que se queda en casa cuando los Gobiernos socialistas no lo hacen todo perfecto y que no van a quedarse impasibles mientras la derecha más rancia de Europa destroza el Estado del Bienestar que entre todos alcanzamos en los años 90.

Si además de gestionar bien la recuperación económica, poniendo el acento en las políticas sociales, ayudando a los desempleados, a las familias con problemas, manteniendo la Sanidad Pública sin tentaciones de ningún tipo de copago, mejorando la calidad de la Educación Pública como camino para crear ciudadanos libres y críticos para el futuro; gestionamos bien el fin del ETA, sin prisas, manteniendo la política antiterrorista y de cooperación internacional, cortando cualquier fuente de financiación de los violentos y ayudando a los que quieren salir de esa espiral de terror, la victoria en el 2012 será nuestra.

Falta añadir que la más que probable victoria de Tomás Gómez en mayo de 2011 en la Comunidad de Madrid, buque insignia de la derecha casposa, será un pilar fundamental en el que se apoye el Presidente del Gobierno para ganar en marzo del 2012.