Desde el jueves pasado estoy bajo los efectos de una traqueitis aguda que me ha dejado machacada y que me ha mantenido alejada de la actualidad de España, tan interesante en este fin de semana.
El Gobierno decreta el Estado de Alarma y se disparan otras alarmas, las de los conspiranoicos que ven en cualquier acontecimiento una buena oportunidad de atacar al gobierno socialista y devolver España a sus legítimos dueños, las derechas herederas de paquito.
La última tontuna que he leído me ha obligado a sacudirme las secuelas de los días de enfermedad y escribir estas líneas para aclararles a estos señores controladores, que yo no soy gilipollas, que no me chupo el dedo y que ya no creo en cuentos ni duendes.
¿Cómo alguien en su sano juicio puede creer que policias secretas enseñaban fotos de sus hijos a la cúpula de controladores y les amenazaban con quitárselos?, pero qué se creen que es España en el 2010, una república bananera; señores conspiranóicos, aquí nadie roba niños a nadie, aquí nadie lleva a trabajar a nadie a punta de pistola, esto no es una peli mala del FBI, aquí un Gobierno utiliza las armas que la democracia pone en su mano para reducir a unos secuestradores, para devolver la libertad a más de 600.000 ciudadanos retenidos en contra de su voluntad en los aeropuertos de nuestro país.
Luego está esta otra controladora, que para justificar su pataleta del viernes, nos cuenta la triste historia de su reducción del sueldo y que no se da cuenta de las contradicciones en las que incurre, por ejemplo dice que les han bajado el sueldo un 70% y que aun así Hacienda se sigue quedando con el 40% del mismo. Os recomiendo comprobéis las tablas del IRPF para que veáis qué pastón infame hay que ganar para que Hacienda te retenga un 40%.
Como de todo hay versiones en esta vida, hay un controlador que dice que llevaba tiempo advirtiendo a sus compañeros de que no se podía seguir abusando de esa forma que al final el Gobierno se iba a hartar de ellos y lo dice en un tono razonado, con ejemplos y datos que tienen bastante más visos de verosimilitud que lo anterior.
La imagen de los controladore reunidos en un hotel de Madrid, por la noche, cuando se supone que están enfermos, estresados y de baja y que por eso no han ido a trabajar, debería de ser suficiente para que no les creamos ninguna otra cosa que digan, el paripé de la controladora llorosa que dice que en su estado de nervios la han obligado a punta de pistola a separar aviones es otro ejemplo de cómo una imagen vale más que mil palabras, sobreactuar no es buena táctica para resultar creible, los líderes de USCA comiendo y cerveceando mientras el espacio aéreo español se reabría por la movilización militar de los controladores, tampoco resulta muy edificante…
Para los que os gusten los datos objetivos, aquí está el Convenio Colectivo de los controladores, que firmaron en 1999 con Alvarez Cascos, Ministro del PP, donde les subían el sueldo un 23% para que no dieran guerra y donde les permitían organizar cómo y cuándo se formaba a nuevos controladores. Y que caducó el 31 de diciembre de 2004. Desde entonces el Gobierno socialista intenta infructuosamente negociar uno nuevo con la cúpula del sindicato de controladores, que por supuesto se niegan porque perderían sus prebendas.
Yo que tengo ya una edad, se que en esta vida no hay buenos del todo y malos malosos sino que las cosas suelen tener matices, pero los controladores, con la espantada de sus puestos de trabajo del viernes, dejando a cientos de miles de personas sin sus merecidas vacaciones, sin sus viajes para tratamientos médicos o trasplantes, niños perdidos en aeropuertos internacionales porque viajaban solos, familias que no se ven en años y seguirán sin verse… perdieron cualquier razón que les asistiera, perdieron la poca simpatía que pudieran despertar entre los que trabajamos 8 o 10 años para ganar su salario anual, rompieron las reglas del juego y cruzaron una línea, la línea entre la legalidad y el delito y ahí, se han quedado solos, ni ellos mismos han calculado las consecuencias de ese órdago a la grande que el viernes pretendieron echarle no solo al Gobierno, sino a España entera.
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