Hoy hace 25 años que murió Don Enrique Tierno Galván, por ello, los socialistas madrileños estamos celebrando una serie de actos en su honor, que comienzan con una visita al Cementerio de la Almudena donde está enterrado.
Recuerdo muy bien la muerte de Tierno pese a que entonces todavía no había cumplido los 14 años, me faltaba muy poco. Yo estudiaba 8º de E.G.B. en el Colegio Público Pintor Rosales y junto a mi amiga Choni nos saltamos las clases para acercarnos a darle un último adiós por las calles del centro de Madrid.
Cuando llegamos a la Cibeles había más gente de la que en mi vida ví, abarrotadas la Gran Vía, Alcalá, el Paseo de Recoletos y del Prado, una locura.
Nosotras nos subimos a la valla del Cuartel General del Ejército de Tierra que hay enfrente del Banco de España para intentar ver pasar el féretro que iba en un coche de caballos negro. Un Policía Militar, muy jovencito, nos llamaba la atención para que nos bajásemos porque es zona de alta protección y allí no se puede uno encaramar.
Pero entonces llegó la comitiva, se hizo un silencio atronador, la gente lloraba, nosotras llorábamos y no he vuelto a ver tánta emoción, tánta pena por la pérdida de alguien ajeno en realidad.
Después, en estos 25 años he participado en manifestaciones tremendas como la que se hizo en repulsa del asesinato de Francisco Tomás y Valiente por los terroristas de E.T.A. o contra la injusta y enloquecida Guerra de Irak en la que nos metió el trío de las Azores, con el ínclito Aznar, pero aquélla en la que dijimos adiós al Alcalde de Madrid, al Viejo Profesor, aquella ha quedado grabada en mi memoria para siempre.
Ya entonces era y me sentía socialista, me llenaba de orgullo ver a los ciudadanos de Madrid despedir así a uno de los míos, a uno de los nuestros. Ese orgullo por ser y sentirme socialista no me ha abandonado nunca porque los tiempos cambian, las personas mueren, pero las ideas que se tienen arraigadas en el corazón y en la conciencia, esas, perduran para siempre.
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