1. f. Med. Trastorno afectivo caracterizado por la alternancia de excitación y depresión del ánimo y, en general, de todas las actividades orgánicas.
Últimamente, en cada charla de chicas que tengo, ciclotimia es la palabra más utilizada. Se quejan mis amigas de que los hombres que las rodean son impredecibles, tan pronto te adoran, como no se acuerdan del santo de tu nombre. Hoy no pueden vivir sin ti, mañana están agobiados y necesitan su espacio. Por la mañana se mueren por tus besos y por la tarde ni te miran a la cara.
Yo observo estas conversaciones desde la cómoda atalaya de vivir con un hombre sensato, maduro, que cuando dice que te quiere es porque te quiere y cuando dice que para toda la vida, es para toda la vida. Pero no deja de sorprenderme que la ciclotimia esté tan generalizada.
Hay otro término que sale mucho y con significado equivalente, en estas conversaciones femeninas, bipolar. En privado soy tu esclavo, en público no te conozco. Te llamo de madrugada porque no puedo vivir sin ti y luego no te dirijo la palabra en una semana. Te mando mensajes deseando cada rincón de tu cuerpo y luego miro para otro lado cuando me cruzo contigo.
Sin duda, la palabra que más me gusta de las escuchadas en estas terapias de desagravio del sexo femenino es histeriquear. Viene de Argentina y se refiere en las relaciones sociales afectivas, a comportarse de una manera ambigüa, seducir inútilmente, sin intenciones concretas.
La usa una buena amiga mía y me hace mucha gracia. Viene a referirse a este comportamiento enfermizo de ni contigo ni sin ti. Este vaivén de hoy si, mañana no, pasado tal vez.
Hombres del mundo, madurad, reconoced vuestros sentimientos, si queréis solo sexo pedirlo, si buscáis el amor arriesgaos, si no queréis nada, no deis el coñazo que la vida es muy corta para perderla en divagaciones.
¡Impresionante capacidad de síntesis! Me ha hecho mucha gracia. Chicos del mundo despertad.
Pues si, quien no ha tenido un histérico en su vida. Ese al que le mandas un sms y antes de dejar el teléfono de nuevo en la mesa ya te está llamando, loco por quedar contigo y que te planta a los 2 días sin explicación ninguna o con una historia peregrina increíble e intragable. O el que te ronea durante días, te pone ojitos, te roza al pasar, te aparta el pelo de la cara, te sostiene la mano unos segundos más de lo normal y si le muestras interés no contesta a los mensajes ni a las llamadas, te esquiva en público… luego las locas somos las mujeres!! si eso lo hace una mujer, en mi pueblo tiene un nombre feísimo.
Pero yo ya estoy muy mayor y he decidido que no juego al histeriqueo más, no me gusta, paso. El juego de la seducción es otro, al menos para mi <")
Al leerte, me he acordado de este blog: http://nosoytumama.blogspot.com/
Creo que Sabina lo describió como nadie en una de sus canciones:
«Y me envenenan los besos que voy dando
y sin embargo cuando duermo sin ti,
contigo sueño.
Y con todas si duermes a mi lado
y si te vas, me voy por los tejados
como un gato sin dueño,
perdido en el pañuelo de amargura
que empaña sin mancharla tu hermosura.
Y cuando vuelves hay fiesta en la cocina
y baile sin orquesta
y ramos de rosas, con espinas
Pero dos no es igual que uno más uno
y el lunes, al café del desayuno, vuelve la guerra fría
y al cielo de tu boca el purgatorio
y al dormitorio el pan de cada día»
En fin, como mala excusa (y sin ninguna pretensión de justificar lo injustificable) diré que ese comportamiento se debe a la herencia del afán polinizador que la civilización aun no ha conseguido borrar de la genética masculina. Bueno, eso, y que no hay quien nos entienda. Y que los hay con mucha jeta, también.
Jajajajajaja… qué VALIENTE!!!! sigo aprendiendo del género femenino y, en especial, de ti, Martu.
Valiente para reconocer y ridiculizar un arma de seducción que, malusada, lleva al trastorno psiquiátrico…
… para despreciar vaivenes que entretienen nuestra vida igual que las telenovelas…
… y para despojar de valor flirteos que, aunque tengan su efímera intensidad nos dejan frías y enfriadas a la larga.
GRACIAS, Marta. Y suerte con Goyo.
Gracias Livia.
Sel hija qué te voy a decir que tu no sepas.
Amadeo, que yo no digo que todos los hombres son así, solo que últimamente nos rodean muchos de estos.
Angel precioso mío, muchas gracias, me ha encantado tu comentario, de verdad.
Si yo estoy de acuerdo con lo que dices, lo único que trato de explicármelo. Está también el tema del síndrome de Peter Pan. Adultos que se comportan como niños y que son incapaces de asumir la más mínima responsabilidad. Huyen cuando detectan el menor síntoma de vínculo afectivo, pero cuando has decidido no hacerles caso, vuelven en busca de atención para alimentar sus desmesurados egos…
Como que últimamente aquí yo tu madre tuve uno a mis 16 años que pasó de quererme a abandonarme sin explicaciones, hacer lo imposible por encontrarme a los 18 moviendo amigos y cielo y tierra para verme y después….. al día siguiente no volverme a ver nunca más hasta hoy.
Él se lo ha perdido jajajajajaja.
Vamos que los histéricos vienen de antiguo
La ciclotimia y el trastorno bipolar son cosas muy distintas a lo que tú insinúas en este post. Como asunto lúdico, pase. Pero poco más.
El trastorno bipolar, en concreto, es una dolencia crónica, de alta morbilidad y mortalidad, principalmente por el elevado riesgo de suicidio.
Con qué «chicas» más raras te juntas «últimamente». 😉
Ahhh, hombres del mundo: hagan como yo, conserven medio cerebro femenino, para la literatura, la sensibilidad, la utopía, los sueños y en este plan. Me recuerda a Manuel Vicent cuando se refería al pelmazo de turno, a las cinco de la mañana, reventón de alcohol, que aún intenta ligar con alguna chica. ¿No se dará cuenta el tipo qué ya no son horas ni maneras? Pues eso 😉