Los que me conocéis ya habréis visto que yo soy muy de los números, que me gusta fijarme en esos pequeños detalles cuantitativos, que si bien no son los más importantes, siempre aportan un hilo conductor del que tirar cuando no sabes qué hacer con tu vida.
Con esta serán ya 100 entradas en el #MartuBlog que empezó hace unos meses casi como una obligación que me impusieron las circunstancias políticas y que al final se ha convertido en una válvula de escape, un desahogo desde el que gritar lo que me viene en gana.
La idea inicial era escribir sesudos y reflexivos artículos a modo de arenga electoral para ayudar modestamente en la campaña del PSM a la Comunidad de Madrid. Otra forma de aportar mi granito de arena para que Tomás Gómez llegue a la Puerta del Sol.
La realidad es que cada día esto es más Martu y menos Blog y no puedo decir que me moleste, sino todo lo contrario, me ayuda. Sentarme a escribir abriendo el corazón me alivia de las tensiones y me hace recordar quién soy, de dónde vengo y cómo he llegado hasta aquí.
Quizá la política está tan íntimamente ligada a mi propio ser que me es imposible separarla. Quizá llevo al Partido tan hondamente clavado en el corazón que no puedo pensar en él como algo ajeno a mí misma. Quizá sencillamente no existe una vida sin política porque todas las decisiones que tomamos en la vida tienen una parte de políticas, hasta las menos insospechadas.
Lo cierto es que esto es lo que hay, no se si bueno o malo, pero desde luego es auténtico, sin dobleces y por eso os agradezco a todos los que pasáis por aquí y me leéis, aún más a los que os tomáis la molestia de dejar un comentario, recomendar en vuestras redes sociales mi blog o pararme en un acto y decirme que os gusta lo que escribo. ¡Gracias de corazón!
Felicidades y que sigas sumando 🙂