Hace tiempo leí un librito «Los hombres son de Marte, las mujeres de Venus», nada científico, que aunque está hecho de lugares comunes y tópicos, tiene un transfondo que comparto, hombres y mujeres no hablamos el mismo idioma.
No se si han sido años de evolución con adjudicación de roles, no se si hay una configuración cerebral que lo justifique, no se si es por convencionalismo socio cultural, pero lo cierto es que la comunicación afectiva con el otro sexo es un laberinto.
Fijaos que no cargo las tintas contra los hombres o a favor de las mujeres, solo afirmo que no nos entendemos, que no utilizamos el mismo código aunque aparentemente hablemos en el mismo idioma.
Nosotras somos de analizar cada palabra, cada punto, cada coma, si ha habido un silencio y dónde, si ha utilizado tal o cual apelativo, si lo ha dicho antes o después de que nosotras dijéramos algo…
Podemos pasar horas entre nosotras diseccionando cada situación, qué cara puso él, qué contestó a nuestra pregunta, si lo hizo sonriente o triste, si nos miraba a los ojos o no…
Ellos en cambio funcionan por impulsos, por instinto, dicen lo que les parece que tienen que decir y lo olvidan inmediatamente por lo tanto, cuando tú, horas después les afeas su comportamiento, no tienen ni la más remota idea de qué les estás hablando.
No conozco ningún grupo de hombres que cuando se junten se dediquen a analizar las conversaciones con sus parejas, ellos hablan de si están contentos, de si follan, de si salen o entran, de si sus novias/mujeres no les riñen mucho y les dejan hacer su voluntad o si bien tienen que plegarse a sus deseos y poco más, el resto del tiempo se habla del curro, de fútbol, de política y de otras realidades tangibles.
Con la edad una aprende a que si quiere ser feliz con un hombre, es mejor no hurgar demasiado. ¿Es bueno, te quiere, te hace la vida más fácil, no te da caldeos, se implica en tus cosas, te ayuda, te hace sentir la única chica del mundo? Quédatelo, pero no pretendas que sea como tu mejor amiga, esa con la que te pasas horas hablando del sentido de la vida, para eso ya la tienes a ella.
Pues mira, yo te diría que a pesar de la marcada tendencia actual a hacer generalizaciones (una práctica un tanto infantil y bastante dogmática), creo que las personas, ya sean hombres o mujeres, son tan complejas que no hay dos iguales y es muy arriesgado intentar encuadrarlas en un comportamiento o actitud común sin que se hagan muchísimos matices o excepciones. Si quisiéramos aceptar esta realidad, posiblemente se solucionarían mejor muchos problemas (algunos frívolos, algunos muy serios) que suelen tener aparejado un «todas son iguales» o «todos son iguales».
Es cierto que ni todos los hombres son iguales, ni todas las mujeres pensamos igual. Generalizar es malo en cualquier caso.
Pero lo que sí es cierto es que la mayoría de nosotras le damos demasiadas vueltas a las cosas. Como dice Martu, nos pasamos horas analizando gestos, miradas, palabras y sms que habrá escrito el susodicho en 10 segundos y nos volvemos locas tratando de encontrar el mensaje oculto que, por otro lado, no existe.
Además calculamos muchos de nuestros movimientos, gestos, palabras, para decir sin decir, para que el otro se entere de algo pero sin decirlo abiertamente, ya sea por no molestar, por tantear o por no agobiar al contrario. Y la mayoría de las veces nuestros esfuerzos caen en saco roto porque ni siquiera se dan cuenta.
Esto me recuerda al famoso Manifiesto masculino que corre de mail en mail (si no lo tienes , lo puedes leer por ejemplo aqui: http://www.tonterias.com/2005/03/los-hombres-somos-simples/) que, por supuesto que no todos los hombres son asi, pero muchos se verán reflejados en la mayoría de los casos. Por ejemplo:
– Los hombres SOMOS SIMPLES. Si te pido que me pases el pan por favor, solo quiero decir eso. No te estoy reprochando que no este puesto. No hay segundas intenciones ni retorcimientos, de verdad SOMOS SIMPLES.
– Respuestas sencillas como un SI o un NO, son perfectamente aceptables para cualquier pregunta.
– Si algo que dije se puede interpretar de dos formas distintas, y una de ellas hace que te entristezcas o te enojes, mi intención era decir la otra.
Qué le vamos a hacer, somos diferentes y en eso está la diversión, no?
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besoss
Catherine
bicheando por internet he visto una serie de conferencias de una psicologa chilena que hablan precisamente de esto mismo y no tiene desperdicio..
http://internalcomms.com.ar/pilar-sordo-y-una-conferencia-magistral-videopodio-especial/
Ocurre pero es 100% cultural lo que dices, y por lo tanto puede y debe evolucionar.
El modelo judeo-cristiano de hombre y mujer sigue aun mas vigente de lo que pensamos. En ese modelo la comunicacion afectiva no se contempla ya que data de los tiempos en los que las mujeres eran consideradas esclavas embarazables criadoras de hijos.
Otras formas de comunicacion y comprension mucho mas plenas y exentas de efectos secundarios son posibles. Infinito es mucho mas que dos.