Curioso Estado aconfesional

Se ha prohibido por la Delegación del Gobierno de Madrid la manifestación atea del Jueves Santo que se había solicitado.

No deja de sorprender que en un Estado como el español, definido en su Constitución como aconfesional, es decir laico, es decir sin religión, cada dos por tres veamos nuestras calles llenas de vírgenes, Santos, Mártires, Cristos sangrante, crucificados, agonizantes y muertos bajo palio y resulte ofensivo para el sentimiento religioso una manifestación atea.

No tenía intención alguna de acudir a la manifestación atea, mi sentimiento religioso, o más bien la falta de él, es un asunto mío. Pero me indigna que no se permita a una parte de la sociedad española expresar libremente su falta de interés por la religión, por toda la religión.

La excusa es que en plena Semana Santa se ofende el sentimiento religioso de los católicos, lo que nadie tiene en cuenta es que los católicos ofenden a diario mi falta de sentimiento religioso.

Cuando digo a diario no es una exageración, el Estado mantiene una serie de acuerdos con la Iglesia católica, apostólica y romana que paga con mis impuestos en contra de mi falta de sentido religioso.

Tenemos que soportar crucifijos, por ejemplo, en el Pleno de la Junta Municipal de Chamartín que ofende mi falta de sentido religioso.

La mayoría de las ciudades de España sufren cortes de tráfico, desvíos en las calles, utilización de funcionarios como son los policías, el servicio de limpieza, etc para que las Procesiones católicas de Semana Santa puedan desarrollarse durante más de una semana.

Tengas o no sentimiento religioso, quieras o no que tus hijos sean católicos, si vives en una calle del circuito procesional, cada pocas horas pasará bajo tu ventana un santo, mártir o cristo sangrante, con sus capirotes, sus viudas negras, su banda de música, sus cirios pascuales y demás abalorios.

Eso no ofende, eso es lo normal, que tus hijos vean un señor crucificado, sangrando, azotado, en paños menores, yacente o muerto, una virgen dolorosa llorando, un mártir asaeteado, eso no ofende.

En fin, queda tanto por hacer en esta España que Paquito el asesinito de El Ferrol dejó atada y bien atada que a veces parece que 30 años no es nada y que en cualquier momento nos van a aplicar la Ley de Peligrosidad Social.