El viernes de Dolores es el viernes anterior al Domingo de Ramos, comprendido dentro de la última semana de la Cuaresma, conocida por la Iglesia como Semana de la Pasión. Lo mejor de todo es que acaba con el lunes de Gloria.
Tengo que reconocer desde mi marcado ateísmo, que los nombres son preciosos: Dolores, Pasión, Gloria y que la parafernalia es de lo más espectacular. Yo que soy de naturaleza sensible y bastante dada a la exageración, encuentro las procesiones de Semana Santa de una belleza, barroca y desproporcionada que me fascina.
Este año nos vamos a pasar los cuatro días fuertes de Semana Santa en Sevilla, si, en Sevilla, con un par. Desde que hace unos años pasé el Viernes Santo en Málaga viendo procesiones, tengo yo el antojo de ver las de la capital del sentimiento procesional.
Así que mi santo, mi cámara y yo pensamos mimetizarnos con el entorno sevillano y patearnos lo que haga falta para que no se nos escape una saeta, un suspiro, una lágrima, un piropo… y luego nos sorprenden las peregrinaciones a la Meca y otros ritos no católicos.