Escuchaba con estupor hace pocos días a una compañera decirle a otra que tenía que comprender que su marido era un gran directivo de una multinacional importante y que eso le generaba mucho estrés. Que ella no podía contribuir a incrementarlo con sus exigencias, que tenía que ser comprensiva y estar ahí cuando él la necesitara.
Concretamente decía: mujer, él tiene muchas cosas en la cabeza y no puede pensar en ti tanto como tu en él, no se lo tengas en cuenta, ya verás que acaba viniendo a ti… Si claro, pensé yo, cuando tenga ganas de echar un polvo o necesite un hombro en que descansar su atribulada cabeza de prohombre.
Esta mujer felpudo, dispuesta a arrastrarse sumisa por el bienestar de su hombre es un modelo que viene del franquismo.
No se si alguna vez habréis visto los consejos que la Sección Femenina daba a las amas de casa para que sus matrimonios fueran ejemplares, pero no difieren mucho de lo que en pleno 2011 una mujer de mediana edad de izquierdas le decía a mi amiga.
Yo soy más modelo mujer princesa, quiero que mi hombre me trate como una reina desde por la mañana temprano, que cada día al despertar de gracias por tenerme a su lado, por compartir su vida con este milagro andante que soy yo. A cambio yo me propongo hacerle feliz con mi amor, mi complicidad, mi cariño, mi sonrisa, mi apoyo, mi inteligencia, mi sentido del humor y mi mal genio y mi carácter difícil y mis días malos…
No creo en las relaciones desiguales, mucho menos en las que la mujer es un instrumento al servicio del placer y beneficio del hombre a cambio de recibir unas migajas de su tiempo.
Como socialista que soy creo en la igualdad, también en la pareja, igualdad de amor, igualdad de comprensión, igualdad de orgasmos, igualdad de cariño, igualdad de compromiso, igualdad de dedicación y por qué no, igualdad de resignación, de desilusión, de desengaño si este llega.
Mujeres felpudo del mundo entero, revelaros, sois maravillosas, mereceis un hombre a tiempo completo, a corazón abierto. No sois una vagina, ni el descanso del guerrero. Ellos no se merecen esa clase de entrega.
LA MUJER PARA EL QUE SE LA TRABAJE!!!!!!!!
Me parecen penosas las declaraciones que transmites. Igualdad sin límites entre las personas. No somos objetos, sino maravillosos seres humanos que se complementan. Muy bien traido el tema.
Encuentro muy deprimente que en pleno siglo XXI sigamos resisitiendonos a la plena igualdad…….¿por qué nos cuesta tanto?
Demasiados siglos de sometimiento de la mujer al hombre pesan en nuestro ADN
Con las mosquitas muertas son de las peores tipos de mujeres. N
No las soporto!!!!
Muy buen planteamiento lo comparto por completo y yo tambien me siento un milagro andante.Si señora muy bueno….
Muchas gracias, es una maravilla ser un milagro andante, 🙂