En España, lo que se conoce generalmente como la Patronal está compuesta por dos grandes organizaciones de empresarios la CEOE (Confederación Española de Organizaciones Empresariales) y la CEIM (Confederación de Empresarios de Madrid).
Junto con la Patronal, conforman los llamados Agentes Sociales, los sindicatos más representativos, en este caso UGT (Unión General de Trabajadores) y CCOO (las Comisiones Obreras).
Ambas partes, sindicatos y empresarios, se sientan con el Gobierno en distintas mesas de negociación para tratar de consensuar aquellos temas de alto interés para el Estado relacionados con el empleo, las pensiones, las reformas laborales…
La sensación que uno tiene viendo los que dirigen la Patronal española no es muy alentadora. Hasta hace unos meses teníamos al frente de la CEOE al ínclito Diaz Ferrán que hundió sus empresas, dejó sin cobrar a sus trabajadores, en tierra a miles de clientes… y que será juzgado por ello. Ahora tenemos al frente de la CEIM al señorito Arturo Fernández, ese al que le pillaron a micrófono abierto diciendo que Esperanza Aguirre si que tenía cojones.
Tanto en el gobierno como en los sindicatos crece el temor a que la patronal se cierre en banda a pactar cualquier reforma en espera de que llegue al poder el Partido Popular al que podrán arrancarle mejores y más duras medidas contra los trabajadores, sobre todo en materia de Negociación Colectiva.
No es raro oír en la calle que las grandes fortunas españolas están esperando pacientemente la caída de Zapatero y la llegada de Rajoy a la Moncloa para volver a crear empleo. No nos engañemos, los gobiernos no generan puestos de trabajo, lo hacen las empresas. Y lo hacen cuándo y cómo quieren. Del mismo modo que es la Banca la que inyecta liquidez en el sistema y decide si las pequeñas y medianas empresas sobreviven o se ahogan sin líneas de crédito.
¿Hay forma de cambiar este panorama? Probablemente si, pero para ello hace falta tiempo y aciertos.
Tiempo porque crear una banca pública que inyecte liquidez, ayudar a los emprendedores en sus proyectos que generan empleo, reconvertir cientos de miles de trabajadores de la construcción a nuevas fuentes de colocación no es tarea para hacer en unos días .
Aciertos porque lo que se adelanta con mucho esfuerzo se pierde con cualquier pequeño incidente que es aprovechado por los mercados para especular con la deuda española y ganar así unos millones de euros más en su codicia infinita.
Si hay algo que envidio a Alemania es su clase empresarial. Negocios en los que se aprovechan los años de bonanza económica para invertir en mejorar los sistemas productivos, fábricas en las que cuando cierra una máquina se despide a un trabajador y no a siete como sucede en España. Un país que cree en la I+D+i ya que gracias a ella resurgió de las cenizas de la 2ª Guerra Mundial.
La patronal española podía tomar ejemplo y dedicar menos beneficios a cochazos, yates, mansiones, obras de arte y demás lujos ostentóreos y más a la autoinversión. Otro gallo nos cantaría entonces.
Muy buen artículo ¡¡¡¡¡¡¡¡
En España el poder económico, por lo general, lo poseen las clases altas, y es de izquierdas redistribuir la riqueza, y más si lo es a través de banca pública, pero una banca pública de verdad, no de las que se desprestigian repartiendo bonus y dietas…
Estoy contigo Martu, el principal problema que tenemos en España en relación al empleo es que aqui no tenemos muchos empresarios, lo que nos sobran son explotadores excepciones.
Perdon, se me coló al final la palabra «excepciones»
Tiempo y aciertos… Ok, ¿y mientras tanto? Porque de tu post se deduce que, aunque sea injusto y aunque a los socialistas nos gustaría que fuese de otra manera, lo mejor para crear empleo es que gobierne Rajoy… Me has dejado planchado. 😦
Pues desde un punto de vista cortoplacista si, en cuanto Gobierne el PP volverá a crearse empleo. ¿Pero qué clase de empleo y con qué derechos y con qué protección social para el desempleado? ¿Y qué pasará con la Negociación Colectiva y los derechos adquiridos tras tantos años de lucha sindical?
Ahí está la clave, si queremos trabajo basura, explotados y callados o queremos salir de esta con otro modelo productivo aunque nos lleve más tiempo lograrlo.
O sea que a quien está pasando hambre (paro) y necesita pan (trabajo) no hay que darle ese pan (trabajo) hasta que podamos añadirle unas lonchas de jamón que lo conviertan en bocadillo (buen trabajo), porque nuestra ideología es «bocadillos para todos» (buen trabajo). Y lo dicen aquellos que comen bocadillo…
No te extrañe lo que va a pasar en marzo de 2012, continuación de lo que ya ha pasado en mayo de 2011. Qué pena.
Suscribo el 75 % de lo que comentas. No estoy de acuerdo en meter a todos los empresarios en el mismo saco. La CEOE y la CEIM sólo representan a los empresarios de las grandes empresas, que por cierto son los menos empresarios de todos. Empresa quiere decir proyecto, y empresario es aquel que emprende dicho proyecto. Así, personajes como el Díaz Ferrán, como César Alierta, no son empresarios en el estricto sentido de la palabra. Son gente que dirigen con más o menos acierto, con más o menos ética grupos empresariales que no crearon, a los que han llegado de una manera más o menos brillante, más o menos acertada, pero sin haber asumido un riesgo real, sin que sea su proyecto vital. Amancio Ortega si sería un buen ejemplo de empresario. Dicho esto, comentar que la segunda categoría es la que puede ayudar, si las circunstancias lo permiten, a la creación de empleo de calidad, ya que la primera sólo tiene como objetivo la obtención inmediata de resultados en forma de beneficios (más o menos ficticos) con los que contentar accionistas. Es la segunda categoría la que va a trabajar duro para que su proyecto vital perdure, y es en ésta en la que hay que pensar cuando se implementan medidas que favorezcan la proliferación de emprendedores. Medidas que favorezcan la inversión en I+D, que incentiven la contratación indefinida, que faciliten los canales de distribución, el marketing, la exportación. Medidas que incentiven la inversión en medioambiente, en seguridad laboral. Líneas de crédito accesible para emprendedores. Sistemas de comunicación eficientes y competitivos. Medidas que potencien las colaboración Universidad/empresa privada que permita viabilizar económicamente el conocimiento. Inversión publica y privada incentivada en I+D, etc… Obviamente eso es algo que sólo va a dar fruto a largo plazo, pero que ahora que se ha iniciado no se puede parar dándole otra vez las riendas del país a un partido que cree más en el grupo de empresas representadas por la CEOE, cuyo modelo económico/empresarial ya conocemos y que nos ha conducido a la situación actual. Quedan 10 meses para, entre otras cosas, acabar de definir este nuevo modelo productivo que queremos, explicarlo y convencer a la gente que la opción progresista sigue siendo la mejor para el futuro de nuestra sociedad.
Como diría Bono: «Vaya rollazo les he soltao», 😉
No dudo que cuando gane la derecha (que dicho sea de paso, con todo el dolor de mi corazón)los «empresarios» de este país comiencen a mover el pastizal que amasaron en tiempos de bonanza y se empiece a generar empleo, ¿pero que clase de empleo? el otro día en las negociaciones de un convenio de la comunidad de Madrid a la que voy como asesor, después de escuchar las pretensiones de la patronal dije que en esa linea se les había olvidado poner en sus peticiones » Derecho a pernada, barracones a pié de tajo y legalización del trabajo infantil para poder llevar a nuestro hijos al tajo».
Pues si ese es el empleo que van a generar estos empresarios del tres al cuarto lo llevan claro, lucharemos.
Los trabajadores/as de este país, no estamos dispuestos a perder los derechos que tanto sufrimiento y vidas de nuestros mayores nos costaron.
Decía mi abuelo que con buen bolsillo cualquiera vale para empresario y lo están demostrando, pues señores empresarios esto de las empresas es como ser padre, casi todos pueden tener hijos pero solo unos pocos ser padres.
Espabilen y hagan honor a su patriotismo, arrimando el hombro de verdad y dejen de echar mierda encima de los que hacemos país.
Un abrizo