Una de los nuestros

Ayer leí por casualidad un suplemento de El País, atrasado, en el que Almudena Grandes, siempre tan genial, hacía un homenaje a Mercedes la de los Grifos y la historia, tan sencilla como conmovedora, se me ha quedado clavada en el alma.

Os recomiendo leerla antes de seguir leyendo porque no voy a reproducir aquí lo que la autora ha expresado magistralmente, solo os diré que Mercedes era una de los nuestros, una mujer valiente, comprometida con sus principios y valores, a la que no le importaba jugársela cada año por hacer lo que tenía que hacer. ¡Bravo por Mercedes!

Nos hace falta mucha gente dispuesta a salir de la comodidad de sus sillones, sus mandos a distancia, las pantallas de internet y a plantarle cara a la injusticia, a los atropellos, a la desesperanza y a la resignación.

Desde hace años nos quejamos de que la sociedad española se había vuelto conformista. Los trabajadores no se afiliaban a sindicatos, ni luchaban por sus derechos como colectivo. Cada uno negociaba sus particulares prebendas y se daba por contento con pagar la hipoteca y la letra del coche a fin de mes.

Los jóvenes estaban más interesados por disponer de todas las comodidades en el hogar paterno, tunear sus coches, salir de botellón, terminar la carrera y colocarse a ganarlo rápido y bien, o trabajar en el ladrillo, para entrar en la senda de los dóciles hipotecados.

Y de repente, el sueño capitalista se nos ha hecho añicos. Ya no hay construcción en la que ganar dinero rápido y fácil. Los universitarios ya no tienen empleo. La tasa de parados entre los jóvenes es indecente y en el cómodo nido de los progenitores el dinero llega justo para vivir.

¿Cómo vamos a luchar contra los mercados con una sociedad completamente desideologizada, con unos jóvenes que no han luchado por nada de lo que tienen, con unos trabajadores que desconfían de los sindicatos de clase y unos votantes que no creen en los partidos?

Aquí es donde nos ha ganado la batalla la derecha, ellos no quieren sindicatos, no quieren partidos políticos, no quieren regulación de derechos, no quieren Estado del Bienestar. Ellos quieren que el capitalismo feroz, el que imponen los mercados gobierne los países. Unos países donde el que más tiene se podrá pagar la educación, la sanidad, el bienestar de sus mayores y donde los que no tienen nada mendigarán la beneficencia del Estado. Paternalismo franquista.

Y es aquí donde la historia de Mercedes la de los Grifos vuelve a calentarme el corazón. Si cada uno de nosotros fuera capaz de salir de la seguridad y la comodidad de su vida prefabricada y luchara por lo que cree, no solo con palabras, con hechos, con gestos, con votos….

La revolución la comienzan personas pequeñas, personas insignificantes, personas anónimas que un día dicen, basta. Que una mañana salen valientes a la calle con su disfraz de carnaval para gritarle a Franco que no es nadie.

A todos y todas las Mercedes la de los Grifos que he tenido el placer de conocer, en persona o literariamente, muchas gracias por enseñarnos el camino, vosotros sois los míos, los nuestros, los vuestros.