Ayer, Alfredo Pérez Rubalcaba, candidato a las elecciones del 20 de Noviembre por el Partido Socialista Obrero Español, terminó la Conferencia Política de nuestro partido con una frase que nos llegó a todos al corazón y que hizo que el auditorio se pusiera en pie y rompiera en un largo y estruendoso aplauso:
«Las cosas no tienen por qué ser así, pero las cosas pueden ser así… No es igual quien gobierne, ni aquí ni en Europa, ni en el conjunto del mundo, por supuesto en los EE.UU, claro que no es igual… Puede ser que ganemos o que perdamos, pero yo no me voy a dejar ganar, no me voy a dejar ganar, ni vosotros os vais a dejar ganar. Os voy a decir más, no nos van a ganar en ganas de ganar, jamás.»
Al leer la noticia de que la protesta de los indignados de Nueva York se extiende por todo Estados Unidos, porque allí hay una tasa de paro del 9% al principio uno se escandaliza, ¿solo 9%, si en España tenemos el 20%? Pero analizándolo con tranquilidad se comprende la diferencia.
En España disfrutamos del Estado del Bienestar. Un gran porcentaje de ese 20% de parados está cobrando prestaciones por desempleo o subsidio de desempleo. Todos los hijos de ese 20% de parados tiene escuela pública gratuita. Ese 20% de parados y sus familias tienen la seguridad de que si enferman serán atendidos en la sanidad pública. Los padres ancianos de ese 20% de parados tienen su pensión, algunos están en residencias para mayores públicas, los más afortunados (o desafortunados, según se mire) están recibiendo ayudas de la Ley de Dependencia.
Aquí está la diferencia, en EE.UU no hay economía sumergida o trabajo en negro porque no se cotiza a una Seguridad Social. El Estado no recoge parte del beneficio de los trabajadores para invertirlo en Estado del Bienestar. Allí, el que más tiene más puede y el que no tiene muere en la puerta de un hospital sin que nadie le atienda. Allí, el 9% de parados está desamparado y eso es un drama social que ningún país puede sostener.
Y es aquí donde toman relevancia las palabras de ayer de Rubalcaba: «no me voy a dejar ganar, no os vais a dejar ganar» Y yo me atrevo a enmendarle, no nos podemos dejar ganar, Alfredo. Nos lo jugamos todo el 20 de noviembre.
El futuro puede ser difícil, pero de la mano de los socialistas seguirá siendo justo. El Estado cumplirá su función de redistribuir la riqueza, de dar un mínimo necesario a todos con un principio maravilloso que hasta ahora ha inspirado nuestras políticas, la solidaridad.
Pero el futuro puede ser difícil y además, tremendamente injusto, de la mano de los gobiernos populares que quitan a la educación pública, la de todos, para dar desgravaciones fiscales a la privada, la de los ricos. Que ven la Sanidad como un negocio, privatizando la gestión de los hospitales. Que quitan ayudas a viudas, dependientes…
Así que tienes razón, Alfredo, ¡no nos vamos a dejar ganar, porque no podemos dejarnos ganar!.
Desde luego esa es la postura, y no otra. Luego tendremos lo que nos merezcamos como sociedad, pero hay que recuperar el orgullo y la fuerza de ser y sentirse socialistas. Porque somos mejores, por mucho que las mentiras repetitivas de la rancia derecha española hayan encontrado ahora el momento propicio para calar en la parte de la sociedad que no para a reflexionar en el beneficio de poder pagar impuestos (progresivos por supuesto) cuando las cosas nos van bien.
Así que andando que es gerundio… ¿cómo dice el lema? escuchar, hacer, explicar… a nosotros nos toca explicar, así que a hablar, a contar, a discutir, que la calle, las casas, los trabajos y los grupos de amigos están llenos de personas que también se juegan mucho
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¡¡Porque no podemos dejarles ganar!!