Id sacando el espumillón…

Miro el calendario y no sin cierto estupor descubro que es diez de octubre. ¡Pero si hace cuatro días estaba en el fondo del Océano buceando con delfines! ¿Quién me ha robado el mes de abril septiembre?

En mi trabajo ya conocen una de mis dos frases del año «id sacando el espumillón que ya están aquí las Navidades» que empiezo a pronunciar por estas fechas. La otra «id haciéndoos las ingles brasileñas que ya está aquí el verano» la empiezo a proclamar una vez pasado mi cumpleaños en febrero.

Os parecerá una tontería pero el tiempo cada vez pasa más deprisa. Los días, las semanas, los meses se escapan entre mis dedos con la desagradable sensación de que no me da tiempo de nada. Parece que fue ayer que celebrábamos la victoria de Tomás Gómez en las Primarias de Madrid y ya ha pasado un año. Estábamos de fiesta por mi treinta y nueve cumpleaños y en nada entro en la cuarentena. Aún no se ha quitado el moreno veraniego de mi piel y se nos ha echado encima el otoño.

Siempre corriendo tras de un sueño, tan rápido, con tanto ímpetu que se nos olvida ir mirando el paisaje a nuestro alrededor. Vamos relegando lo que creemos accesorio sin darnos cuenta que en esas pequeñas cosas que se interponen entre nuestro objetivo y nosotros mismos reside la auténtica felicidad.

No tenemos tiempo de pararnos a mirar la luna, allí en lo alto, tan preciosa, que el miércoles brillará llena para nosotros. No recordamos la última vez que paseamos por el campo lanzándonos espigas a la chaqueta para contar cuántos novios íbamos a tener. No nos paramos a mirar a los ojos del que nos ama para vernos reflejados en ellos.

Ahora son las elecciones del 20 de noviembre en las que nos jugamos tanto, nos lo jugamos todo. Antes fueron las elecciones del 22 de mayo en las que ya hemos perdido mucho, hemos perdido demasiado. Antes las primarias del Partido Socialista de Madrid en las que ganamos la ilusión pero nos dejamos tanto en el camino, pedazos del alma que ya no recuperaremos.

Para un socialista siempre hay una injusticia contra la que pelear, siempre una causa por la que embarcarnos en la batalla, un futuro mejor que perseguir, un logro social por arrebatarle a la derecha y sin darnos cuenta se nos va la vida sin vivirla.

Así que si, compañeros, id sacando el espumillón porque ya están aquí las Navidades, que este año serán más azules y tristes que nunca. Tendremos gaviota en lugar de pavo, tendremos injusticia, desigualdad, autoritarismo, clasismo, intolerancia, despotismo. Tendremos, exactamente lo que votemos el 20 de noviembre.