Las imágenes de la declaración de Adoración Zubeldia, viuda de Múgica, asesinado por ETA en el juicio contra Chapote y sus secuaces son tremendas.
Esa mujer obligada, por los excesos verbales de la jueza que llamo cabrones a los que todos pensamos que son unos cabrones, a declarar por segunda vez en la misma semana.
A contar cómo su marido ardía dentro del coche que habían hecho explotar estos animales con la voz aún entrecortada por el dolor, 10 años después.
Esa mujer que pregunta bajito al secretario judicial -¿puedo mirar a estos chicos?- Y que imbuida de una dignidad que escasea en nuestros días sostiene la mirada a los cobardes asesinos durante unos segundos que deseo con toda mi alma a ellos les hayan resultado eternos.
Esa mujer digna, orgullosa, valiente es una lección en sí misma y yo quiero dedicarle esta entrada para mostrarle mi admiración y acompañarla en su dolor.