Con la aparición de las nuevas tecnologías, primero los móviles con sus avisos de llamadas perdidas, sus servicios de SMS, luego internet con los emails, chats, etc y finalmente las llamadas redes sociales con todas las posibilidades de intercambio de todo tipo de mensajes, se nos ha abierto un universo de relaciones sociales, de comunicación, que no puede ni debe estar reñido con la educación, los buenos modales, las normas de urbanidad que decían nuestros mayor.
El hecho de ser un personaje público, de tener muchos seguidores, admiradores, fanes, correligionarios… tampoco es excusa suficiente para ser maleducado, descortés, soberbio o estar endiosado.
En la red hay numerosos ejemplos de famosos, periodistas, políticos, que se relacionan con los anónimos que nos dirigimos a ellos, por ejemplo Fermando Garea @fgarea, Antón Losada @antonlosada, Melchor Miralles @melchormiralles por citar periodistas que son educados y hasta galantes con sus seguidores.
También hay políticos dispuestos a discrepar con los militantes de base de distinto o el mismo color político, como Antonio Miguel Carmona @AntonioMiguelC, Cristina Cifuentes @ccifuentes, e incluso Percival Manglano @pmanglano al que yo incordio a diario pero me contesta educadamente.
Por el contrario los hay endiosados que viven en su pedestal de fama como Jordi González @jordigzlez y no contestan jamás o que bloquean al discrepante como Francisco Granados @fgranadoslerena o Lucia Figar @luciafigar.
En la red, como en la vida, hay gente educada, sociable y hay otra que no lo es y que pretende encontrar justificación en su falta de empatía en las nuevas tecnologías, pero no la hay.
Entiendo que al recibir un SMS si no lleva implícita una pregunta no se conteste por ahorrar, pero en el resto de los ejemplos el coste de quedar bien con el otro es cero y el tiempo que se tarda en escribir un recibido gracias, o encantado, o no puedo, o más tarde hablamos, o un abrazo… es tan poco que no merece la pena quedar como un gilipollas por no hacerlo.
Gestiono un conjunto de redes sociales en las que me relaciono con más de 8.000 personas y procuro, espero conseguirlo, ser siempre respetuosa y educada con quien se toma la molestia de dirigirse a mí para darme las gracias, hacerme un cumplido, preguntar algo o compartir una experiencia conmigo.
No tengo ninguna obligación de hacerlo, no soy un personaje público, no soy un cargo político de mi partido y no pretendo convertirme en ninguna de las dos cosas pero mis padres insistieron mucho en inculcarme urbanidad. Pedir las cosas por favor y dar las gracias, decir buenos días y buenas noches, saludar al entrar en un local y despedirse al marcharse… y eso mismo lo traslado a las redes sociales, a las nuevas tecnologías.
No veo la diferencia entre levantarme de la mesa de un restaurante dejando a los que comparten mesa conmigo con la palabra en la boca y marcharme sin despedirme a salir de una red social en medio de una conversación dejando a los que conmigo departían sin una explicación.
No veo la diferencia entre no darle las gracias a un compañero de trabajo que me acerca un documento de la impresora o me comenta lo delgada que me he quedado al coincidir en un pasillo o no dárselas a un internauta que me dice que le ha gustado una entrada del MartuBlog o que hace RT a una noticia que yo he publicado.
No veo la diferencia entre ser educado y considerado con la gente que nos rodea, las personas de carne y hueso, familia, amigos, compañeros y ser educada y considerada con la gente que me rodea en cualquier red social.
No, definitivamente las nuevas tecnologías, lo 2.0 no sirven de excusa para ser maleducado sino todo lo contrario.
PD RAJOY SE VENDE A LA CEOE mi colaboración con Diario Progresista
Absolutamente de acuerdo. No entiendo a mucha gente que está en twitter. Me refiero a su forma de actuar.
El problema es que la educación también brilla por su ausencia fuera de las redes sociales. Las palabras gracias, perdón, disculpe, usted, etc. Están en el cajón de «en vías de extinción» la RAE. La semana pasada cogí un vuelo con una de estas nuevas compañías de bajo coste ( o coste bajo porque terminan costándote un huevo) y al aterrizar le dije al sobrecargo: «que pasa tronco… Nos tomamos unas birras???» y se ofendió… A lo que le respondí: Perdona, pero es que como llevas todo el vuelo tuteamdome y de colgueo y buen rollo, pensé que nos conocíamos de toda la vida». Se quedó con cara de póker y me fuí. Seguro que no supo a que me refería. Y es que algunos con tal de parecer «cercanos» acaban pateciéndose
… Pareciendose al «Cheli» el colega del barrio de toda la vida.
Totalmente de acuerdo, uno de los aspectos positivos de las redes sociales es la posibilidad de interacción entre personas que no nos conocemos. La educación y cordialidad son dos cosas que no podemos perder ya sea cara a cara o delante de un ordenador.
Las formas, Martu, las formas. Si, si se pierden las maneras se pierde la razón, poca o mucha que se tenga. Hasta cierto punto estas nuevas tecnologías llevan al olvido de los modales. Puede que sea anticuado, seguramente yo mismo sea anticuado en mis formas, pero un saludo, una sonrisa amable y dejar de lado palabrotas y otros tacos… es que eso de mentar la madre (aunque sea eufemísticamente) es, decididamente feo, muy feo. Casí compararía esta actitud con el de esas educadas personas que cuando se sientan al volante se transforman; casos, haberlos, haylos. Conozco una «enseñante» de lo mas correcto y cordial con la que nunca mas me subiré en un coche :))).
Educación. Tantas veces se confunden educación con conocimientos o títulos universitarios. He conocido pastores mucho más educados que titulados universitarios.
Hay que sabe estar. No es lo mismo tomar cañas con los amigos que enviar un correo electrónico o participar en un debate.. Y no digamos en esto de internet, demasiados excesos que no vienen a cuento.
Que vaya todo estupendo.