Esta noche es Noche Buena…

… y mañana Navidad y este es el único día que lo podemos cantar. Ande ande ande, la marimorena, ande ande ande que es la noche buena.

En mi familia hoy es el día de juntarnos todos y cenar como si el mundo se fuese a acabar. Después y sin recoger la mesa porque nos puede el ansia correremos a por las bolsas de regalos y con la misma ilusión de cuando éramos niños todo será un lío de envoltorios, gritos, risas… Y en ese momento la abuela sacará los sobres llenos de jurdeles, bien repartidos generacionalmente más a los hijos, menos a los nietos y un poco menos a la biznieta y ya el acabose.

La cena tendrá con toda seguridad lombarda, con sus piñones. Habrá langostinos y canapés del paté del Lidl de la lata negra tan rico. Mi abuela asará medio cochino y algún trozo de cordero para el no quiera guarrito. El resto se asa al día siguiente para comer. Luego con el cava, polvorones y turrón, sobre todo del duro, torta de Castura que para eso somos extremeños.

Lo que no está tan claro es qué tendremos puesto en la tele de fondo para que haya que mantener cualquier conversación a gritos, que yo soy de la que más bajo habla de mi gente. Antaño Chiquito de la Calzada era indiscutido, salvo por mi pobre abuelo que no entendía cómo nos gustaba el simple ese. Ahora cada año algo nuevo aunque siempre un ratito de Rapahel para darme gusto.

Mañana, Navidad, también toca comer en familia pero algunos ya fallarán porque la noche les confunde y la resaca traidora no les permitirá levantarse de la cama. Los supervivientes volveremos a comer como si no hubiese un mañana y tras unos copacitos a casa a tratar de hacer la digestión.

Con eso habré terminado los compromisos familiares porque el Noche Vieja, cada uno se va a casa de su familia política y mi santo y yo nos apretaremos una buena mariscada tranquilos y luego a casa de la hermana de mi mejor amiga Fátima a tomar las uvas con los que son ya más familia que la propia familia. Aclaro lo de la hermana que es de justicia.

No es un gran plan, igual es hasta un rollo integral pero es mi familia y son nuestras costumbres y que sigamos haciéndolo cada año hace que uno se sienta parte de algo. Los ritos dan seguridad en la vida y cuando vienen mal dadas los míos siempre han estado para arrimar el hombro.

¡FELIZ NAVIDAD, MIS QUERIDOS LECTORES, ALGUNOS COMPAÑEROS Y AMIGOS. SIN VOSOTROS ESTO NO TIENE MUCHO SENTIDO. GRACIAS POR ESTAR AHÍ!