Un pronto muy parado

Decía mi ex pedante que yo tenía un pronto muy parado. Creo que quería decir que cuando me enfado, cuando algo me duele, cuando me tocan la fibra salto como una leona y me da igual a quien me lleve por delante. Es un defecto, no lo niego, pero para compensarlo tengo cero memoria histórica para el rencor.

Soy incapaz de recordar que estoy enfadada o dolida, incluso cuando se me ha hecho mucho daño. Supongo que es un mecanismo de auto defensa pero prefiero recordar las cosas buenas y enterrar las malas en el pozo del olvido. Igual es cobardía, duele mucho menos reír que llorar. Es mucho más bonito quererse que odiar.

La verdad es que envidio a los que pueden enfadarse y estar enfadados durante días o incluso semanas. Esos que te recuerdan una afrenta meses después y que tu eres incapaz siquiera de situar en el tiempo. Así era mi primer marido, no decía nada pero se iba poniendo mohino hasta que se montaba la madre de todas las peloteras y salía hasta el día que mataron a Manolete, ahí me tenía completamente vencida, yo no solía saber ni de qué me estaba hablando.

La verdad es que casi siempre que discutíamos mi ex y yo, la razón estaba de mi parte pero como yo gritaba más y él recordaba más afrentas, al final la culpa siempre era mía y tenía yo que pedir perdón y arrastrarme… Tampoco me importaba, la verdad. En una relación siempre hay uno que quiere y otro que se deja querer y casi siempre he sido yo la que he querido con toda la carga que eso supone.

Con el paso de los años he moderado el pronto, solo en parte y he conseguido acumular cierta capacidad de rencor lo que me hace bastante más peligrosa. No tolero que me mientan, prefiero que si me traicionan tengan el valor de mirarme a la cara y confesármelo. Seguro que hasta lo perdono.

Tengo un detector de mentiras, se cuando lo que me cuentan es una bola. Quizás soy demasiado empática o he vivido mucho y con mucha gente distinta. Quizá manejo mucha información de muy distintos sitios y por tanto es difícil colármela. La verdad es que viviría mucho más feliz si supiera muchas menos cosas, siempre repito que la ignorancia es júbilo y no lo digo de broma.

No se por qué hoy me viene esto a la cabeza, supongo que hay mucha tensión estos días en la red, demasiadas cosas en juego, mucha gente muy nerviosa y yo en el ojo del huracán. He dado más de una mala contestación en los últimos tiempos y he perdido la razón por la formas. También he recibido coces, puñaladas y traiciones en ocasiones por los que más cerca he tenido que me han hecho llorar lágrimas de sangre.

Esta tarde de pijama y manta he decidido apartar de mi todo lo que  me hace daño. He perdido mucho peso últimamente y no solo por el gimnasio. Me duele el estómago casi a diario y apenas duermo. Eso no es sano. Nada ni nadie merece sufrir y enfermar. Ninguna causa es más grande que la propia causa. Me quedo con lo bueno y olvido lo malo. Estoy en paz y así quiero seguir.