Yo también soy el enemigo. A raíz de las protestas estudiantiles en Valencia por tener que ir a clase sin calefacción –el PP de Valencia no tiene un €uro- en medio del invierno más frío de los últimos años y de la violencia con que la Policía Nacional ha respondido a tan legítima reivindicación, se ha producido un movimiento en las redes sociales que ha venido a llamarse #PrimaveraValenciana en recuerdo a la primavera árabe -salvando las distancias, ya no tan grandes- o #yotambiensoyelenemigo en respuesta a las declaraciones del Jefe Superior de Policía de Valencia denominando a los estudiantes “el enemigo”.
Resulta escalofriante ver a chavales esgrimir sus armas –los libros de texto- frente a los antidisturbios que los molieron a palos. Nuestros hijos nos dan lecciones de integridad, valor y decencia, aprendamos de ellos.
A currar en Laponia. La Patronal española, no contenta con el recorte brutal de los derechos de los trabajadores que ha supuesto la Reforma Laboral del Partido Popular de Mariano Rajoy, quiere más. Ayer pedía que quien rechace una oferta de empleo, aunque sea en Laponia, pierda el paro. Desconocen estos señoritos que raro es el afortunado que recibe una oferta de empleo porque las Comunidades Autónomas, muy populares ellas, no invierte en Políticas Activas de Empleo. Además no comprenden estos malabaristas de la desvergüenza que un trabajador en paro está sufriendo y que recibe encantado cualquier posibilidad de sacar adelante su vida, su familia, su proyecto personal salvo que le ofrezcan condiciones laborales rayanas en la esclavitud, lo que parece ser el objetivo de la CEOE.
Gallardón ya no es el gran impostor. Alberto Ruiz Gallardón, el que fuera Presidente de la Comunidad de Madrid y Alcalde de la cabezonada, era conocido por su talante progresista, por ser el más moderado de los populares de Madrid. Muchos ya advertíamos que lo que era es un gran impostor y que debajo de esa piel de oveja progre había otro conservador digno hijo de su padre. En cuanto ha logrado su gran sueño –después de su Palacio y las Olimpiadas- ser Ministro de cualquier cosa, ha salido su verdadera naturaleza. Ya ha dejado claro que no se pueden tener gratis tantas cosas, que los pobres queremos trabajo, educación, sanidad, justicia a costa de los ricos y eso no puede ser.
Bárcenas se lo llevaba crudo. Durante meses, el que fuera Tesorero del Partido Popular se atrincheró en su despacho en Génova, sin que Mariano Rajoy tuviera bemoles de echarlo de allí. Pese a estar imputado en el sumario Gurtel, nadie en el Partido Popular se atrevía a chistarle y muchos decíamos “por algo será”.
Las informaciones que nos llegan estos días es que Bárcenas blanqueaba dinero, se estaba forrando el riñón y lo hacía bajo el paraguas de las siglas PP. Igual en Génova tenían miedo de que si le echaban tirara de la manta y quién sabe los pies que se quedarían al aire…
Renovadores, turbo renovadores y renovadores por la base. La opción anti Tomás Gómez en Madrid se ha aglutinado en torno a la figura de Pilar Sánchez-Acera –ex concejal de Alcobendas y ex diputada autonómica- esgrimiendo a su favor que va a renovar el PSM, no en vano se han reconducido perfiles en la red para apoyarla denominándose RenovandoPSM.
Me pone los pelos de punta recordar a dónde nos llevó la “renovación” en mayo de 2003. No quiero traer a mi memoria los nombres de Tamayo y Saez que nos robaron a los madrileños la posibilidad de que la izquierda gobernara en Madrid.
Me quedo con Tomás Gómez, con el proyecto que viene desarrollando desde hace más de tres años, con el equipo humano que le acompaña en la aventura de recuperar Madrid para los socialistas y con la independencia del Psm que su liderazgo representa.