A la flamante Delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, antes Vicepresidenta de la Asamblea de Madrid, del Partido Popular y conocida twittera @ccifuentes, se le ha ocurrido una idea que en estos momentos me voy a abstener de calificar: que la prensa lleve un chaleco blanco identificador en las manifestaciones para que la Policía no les pegue.
A priori uno piensa, pues es buena idea, así se evitará que un Policía en el cumplimiento de su deber de apalear delincuentes, confunda al reportero con un peligroso maleante y le propine una soberana paliza.
Luego si se analiza con detenimiento se da uno cuenta qué esconde realmente esta idea de nuestra Delegada del Gobierno: la Policía, durante las manifestaciones, no distingue amigos de enemigos, primero golpea y después, vuelve a golpear.
Si los antidisturbios, entrenados para enfrentarse a situaciones de tensión y riesgo, no pueden distinguir a dos crías con sus carpetas escolares de unos radicales anti sistema y por ello las estampan contra un coche sin mediar provocación, ¿cómo van a distinguir a la prensa que va armada de peligrosas cámaras de foto o video?. Con la medida de Cifuentes los antidisturbios van a poder evaluar de un vistazo rápido el nivel de impunidad con el que actúan.
Proponer que la prensa vaya identificada como tal a las manifestaciones es reconocer que una vez se ponen el casco y se pertrechan de escudo y porra, los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado no conocen ni a su propia madre. O lo que es más grave, que desde sus Jefaturas de Policía o Delegaciones de Gobierno se les ordena que no haya piedad para nadie.
No hace falta, Señora Cifuentes identificar a la prensa, como tampoco hace falta identificar a los clientes que salen de una conocida gran superficie, ni a los transeúntes que pasan por el lugar de la protesta, ni a los estudiantes que reclaman pacíficamente que en sus clases haya calefacción, no, lo que hace falta es que aquellos profesionales del orden hagan su trabajo respetando las normas de convivencia que todos nos hemos dado.
Lo que hace falta es que los Policías vayan identificados con su número de placa bien visible para poder distinguir a los que se extralimitan de la mayoría que cumple lealmente con su obligación. Como en Bélgica, donde les identifica un número visible a distancia en el casco.
Lo que hace falta es que desde las Instituciones que ustedes gobiernan se ordene mesura, sensatez y proporcionalidad a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado en el cumplimiento de sus funciones de garantes del orden público.
Lo que hace falta es que en pleno siglo XXI nuestros chavales reciban la educación a la que tienen derecho constitucional en condiciones que no nos hagan avergonzarnos ante el mundo y así no tendrán que salir a la calle, armados con sus libros de texto y sobre todo, con la más peligrosa de las armas: la razón.
Absolutamente de acuerdo. Los periodistas van suficientemente bien identificados y aún así les caen guantazos.
Estoy muy de acuerdo con Martu. Siendo periodista como soy, conozco muchos casos en los que la policía ha golpeado a compañeros de profesión impunemente sólo por grabar cargas sobre gente sentada en Sol, o por hacer fotos de policías golpeando a gente que está en el suelo o paseando tranquilamente por la calle. Son muchos los ejemplos documentados. Todo se debe, como comento en mi blog http://sonrisapolitica.blogspot.com/ , a una estrategia del conocido «Aporrea que algo queda». Un burdo intento de amedrentar a la población avisando a las primeras de cambio que si intentan manifestarse les van a caer hostias como panes, por hacer un resumen bastante rápido. Por suerte, la sociedad no es la que vivíamos en el s.XX, ni en el XIX, y la mentalidad es otra y las redes sociales, también.
Quería decir que «Ahora existen redes sociales», obviamente, no que en el XIX existieran. hehe
Coherencia= Martu
Genial!