Desde hace tiempo la militancia socialista es un clamor solicitando a la dirección política tanto regional como federal que les den el papel que les corresponde, que les devuelvan la voz y el voto en un Partido que nació de la unión de voluntades de los trabajadores y que hoy está en manos de unos pocos.
Los movimientos de base en la red generaron ingentes cantidades de propuestas sobre democratización del Partido, sobre participación de la militancia, sobre transparencia, sobre higiene de las formas, sobre procesos más justos, más integradores, mejores, en suma.
Todas las federaciones llevamos al Congreso Federal de Sevilla miles de enmiendas a los Estatutos en las que proponíamos fundamentalmente que un militante significara un voto. Es decir, elección directa por todos los militantes de nuestros Secretarios Generales, provinciales, regionales y por supuesto, federal.
También queríamos que el candidato a Secretario General de cualquier ámbito, al solicitar el voto, tuviera que presentarnos cuál sería su ejecutiva, o al menos una parte y su proyecto de trabajo para poder elegir con conocimiento de causa. Con esto evitaríamos la noche de los cuchillos largos en las que se convierte la noche del sábado al domingo de cualquier Congreso de cualquier territorio. El mercadeo de los puestos en las ejecutivas, los pactos anti natura, la venta de los apoyos… todo aquello que ensucia el proceso.
Otras propuestas que hubieran mejorado la vida interna de nuestro Partido y sobre todo la imagen que de él se traslada a la opinión pública eran: listas abiertas, paritarias, cremalleras…, rendición de cuentas de los cargos institucionales y orgánicos… y muchas más que podrían llenar varias entradas de este blog pero que se quedaron en nada precisamente porque los asistentes al Congreso de Sevilla eran fundamentalmente Secretarios Generales y cargos orgánicos que perderían poder si se aprobaban.
Lo único que pasó el tamiz de la censura fue la elección mediante primarias a la francesa de los candidatos en cualquier ámbito, incluido el federal. Pero con un pequeño matiz que de facto es un enorme obstáculo. Se deja para el futuro plasmar las reglas de este proceso y por supuesto, la definición de simpatizante y el alcance de esta apertura al votante de izquierdas.
Nuestro flamante Secretario General, Alfredo Pérez Rubalcaba, lo primero que hizo cuando resultó elegido fue aplazar cualquier debate estatutario a una Conferencia de Organización que prometió sería en Julio pero que se ve que se aplaza al otoño. Algunos nos tememos que se aplazará sine die.
Es muy difícil pedir a aquellos que ostentan el poder que aprueben mecanismos que les cercenan parte de él, procedimientos que harán que tengan que dar cuentas de sus actos y someterse al escrutinio de los simples militantes en procesos electorales de resultado incierto para ellos.
Llamadme descreída pero tengo poca fe en la Conferencia de marras. Los militantes seguiremos abriendo las agrupaciones, pegando carteles, llenando aforos en los mítines, aplaudiendo como si nos gustara lo que oímos y contando votos en las urnas, que me temo cada vez serán menos.
PD: Ya podéis leer también mi colaboración semanal en Diario Progresista, CENTRADOS EN TI
Ains, como me alegra que no nos hayas abandonado… Plasmas mis inquietudes políticas en el blog!!!
Pues sí Martu, esto es como el señor de los anillos, quién agarra el poder no lo quiere soltar y teme la crítica. Pero estoy segura que Tomás le recordará que tienen una cita pendiente 🙂
Feliz día!!!!!!
Tu fiel lectora 🙂 Yoli
A mi me gustaría que de verdad se abra el partido a los simpatizantes, está claro que en España hay más simpatizantes que votan que militantes y creo que tienen algún derecho por que son los que hacen posible que se llegue a gobernar.
De tu comentario se desprende un cierto pesimismo o desmoralización y no debe ser así, aún cuando creo que llevas algo de razón en tu temor de que se aplace sine die, también creo que este movimiento de un militante un voto es imparable, se ha incrustado entre la militancia y nuestros dirigentes han tomado nota de ello, Tomás Gómez es un buen ejemplo y por lo tanto no lo pueden parar, si acaso podrán retrasarlo, pero al próximo Secretario General lo elegimos directamente los militantes, de eso estoy seguro.
Que no decaiga el ánimo y a por ello.
Nuestro esquema de funcionamiento interno está diseñado para que las oligarquías manengan los resortes del opder,
Durante este proceso las candaturas han mantenido una polémica sobre el voto en cabina de los delegados, entendiendo ambas como valor democrático su secreto sin cuestionarse la mayor.
Efectivamente a nuestros congresos asisten delegados que no tienen un mandato de voto explícito. y son libres de decidir en cada votación. En todo momento son depositarios de la confianza de los militantes que les eligieron y en cuyo nombre deben elegir, en un juego en que el secreto no juega ningún rol garantista ¿Alguien se imagina que las votaciones de los diputados o senadores fueran secretas? Los representantes son tan libres de tomar decisiones como responsables ante sus electores, ante los que deben rendir cuenta de su actuación. El voto secreto, en la práctica, les libera de esta obligación.
Los que sostienen que el secreto es eficaz contra las presiones saben perfectamente que al contrario, las hace más eficaces, por que cuaquier delegado puede votar atendiendo a cualquier motivación sin tener que explicar su voto a sus representados.
Y así, tantas y tantas cosas…
La cuestión es que después de haber hecho público vuestro descontento con la estructura interna del partido, no podéis parar aquí. He leído los comentarios de otros militantes descreídos, por ejemplo, en Facebook y mi conclusión es que si despues de poner la casa patas arriba – de tanto esfuerzo y trabajo en el debate de vuestras enmiendas en las agrupaciones – ahora dejáis el suelo sin barrer, todo esto no habrá servido de nada. Os animo a la rebelión. No me puedo creer que no podáis hacer nada. Poneos de acuerdo, dejad de colaborar, haced algo de daño, ¡corcho! A un militante, se le podrá expulsar, pero no a cien.
O convocad a los votantes no militantes y críticos a vuestras agrupaciones, pero no para lanzarnos consignas, sino para aunar nuestro descontento al vuestro y para transmitirlo a quien corresponda. Si los militantes no pueden elegir a sus secretarios generales, los votantes sí podemos poner y quitar diputados y concejales. Lo hemos hecho. Y la renta que me dan, que me la quiten.
¿Qué esperáis que pensemos los socialistas que aparte de nuestro cabreo particular por posturas que no entedemos ni vamos a tolerar, encima leemos a diario lo que nos contáis que pasa dentro?
Empezasteis y ahora, os toca rematarlo.
Tienes razón Caridad, pero tampoco podemos olvidar que en este Partido decide la mayoría y ha sido la mayoría la que ha dicho eso de va ser que no. Trabajaremos pora que se lo replanteen claro está, pero con al armas que proporciona la Demogracia, esas y no otras son las reglas. Un saludo.