Algunos agoreros interesados de la derecha, y no tan a la derecha, andan anunciando que en Andalucía, Izquierda Unida podría hacer como en Extremadura y aprovechar la oportunidad que le han dado los votos de los ciudadanos progresistas para cobrar algunas viejas rencillas del pasado y dejar gobernar a Arenas como han hecho con Monago.
Tengo el convencimiento de que no será así. La izquierda, no puede dejar gobernar al partido de la Reforma Laboral más retrógrada, injusta, anti social y sobre todo inútil de la historia de España. La izquierda, no puede cerrar los ojos al partido que tiene recurrido en el Tribunal Constitucional el matrimonio homosexual. La izquierda, no puede permitir gobernar al partido que quiere volver a criminalizar a las mujeres que tengan la desgracia de necesitar abortar.
No solo tengo el convencimiento, tengo la certeza de que la izquierda aprovechará este momento para hacer coincidir los programas de PSOE e IU al máximo para, juntos detener los ataques al Estado del Bienestar que hacen el resto de autonomías en manos de la derecha, sea esta el PP o CIU.
Recordemos que lo más duro está por llega. El viernes el Consejo de Ministros dará a conocer el Presupuesto con más recortes que jamás se ha aprobado. Ya tenemos aquí la congelación de pensiones, del salario mínimo interprofesional y vienen de camino bajadas de sueldos a funcionarios, medicamentazo, subida de impuestos como el IVA…
Es más, creo que el ejemplo andaluz debe ser un referente para el extremeño y no al contrario. Ya está bien de soportar un personaje como Monago, completamente incapaz de gestionar la Comunidad Autónoma de Extremadura que lo primero que ha hecho al llegar al poder es colocar a familiares y allegados, entre ellos su masajista.
A partir de que se consolide la alianza de la izquierda en Andalucía, desde Extremadura tienen que plantearse seriamente la opción de una Moción de Censura que desaloje a los populares de la Junta de Extremadura y que devuelva la soberanía a la opción mayoritariamente votada por los ciudadanos, que no es otra que la izquierda.
Señores de IU entre los que se cuentan fantásticos amigos, es vedad que el PSOE ha pasado por momentos de duda, momentos en los que nos hemos equivocado y hemos tomado decisiones contrarias a nuestro ideario y lo hemos pagado caro, en las urnas.
Es verdad que aquel “me cueste lo que me cueste” nos sacó del buen camino, pero ya nos ha costado demasiado, no solo a los socialistas, sino, lo que es peor, a los españoles en general. Dejar gobernar al PP por cobrar los errores del pasado al PSOE es un castigo que trasciende más allá del socialismo y que pone a España al borde del colapso económico, financiero, laboral e ideológico.
Economistas que han recibido el nobel como Krugman ya advierten que la austeridad impuesta por el PP en nuestro país, puede acarrear una catástrofe real al generar una espiral descendente en la economía. Izquierda Unida no puede ser cómplice ni por acción, ni por omisión.
Las fuerzas progresistas que sin duda alguna en este país están encarnadas por IU y el PSOE tiene una responsabilidad histórica que no puede verse frustrada por ningún interés personalista ni partidario.
Los ciudadanos nos están mirando con atención. Los que han acudido a las urnas han dejado claro con su voto que quieren que sea una mayoría de izquierda la que rija el futuro de Andalucía, al igual que en mayo de 2011 dejaron claro que querían que esa misma mayoría de progreso gobernara Extremadura. Entonces no fuimos capaces de entender el mensaje, ahora podemos y debemos hacerlo bien porque cada vez son menos los que confían en la Política como la solución a sus problemas.
Empecemos a pintar de rojo el mapa de España, con Asturias, con Andalucía y por qué no, con Extremadura. Juntos pararemos esta infame Reforma Laboral, juntos defenderemos la Sanidad y la Educación Pública de calidad para aseguraros un futuro y juntos conseguiremos detener la sangría de derecho sociales que viene de la mano del Partido Popular. Juntos, no hay otra manera.
Mi colaboración en diario progresista MIEDO http://www.diarioprogresista.es/miedo-10747.htm
Otra vez más coincido (o quiero coincidir) con la opinión que expresas en tu artículo. Soy un añoso socialista práctico. Bueno quiero decir que me reclamo «del pensamiento socialista», pero más apegado a la praxis que al cuerpo teórico. Para mi, lo fundamental del marxismo fue desentrañar el funcionamiento del capitalismo y no las soluciones que se han puesto en marcha, en la práctica, para erradicarlo (siguiendo propuestas de Marx u otros). De los seguidores de Marx las propuestas que más me convencen son las de Rosa Luxemburgo, pero tampoco me catalogaría como luxemburguista más o menos descafeinado. Hago estas breves e incompletas referencias teóricas para expresar mi opinión de lo fútil que resulta querer erradicar del PSOE cualquier traza de marxismo cuando en su origen fue un partido de fuerte impregnación marxista.
El Partido Comunista de España, PCE, es hoy por hoy el principal «substrato-aparato» de Izquierda Unida, IU. El PCE, tanto en su origen como durante todo el largo periodo del franquismo se mantuvo aferrado a las ideologías y praxis del leninismo-estalinismo, corrientes que se autoproclamaban como ortodoxia del marxismo.
Caí en la órbita del PSOE en el año 1975 y fui militante y dirigente de UGT durante el último año del franquismo y durante la transición. En 1977 me afilié al PSOE y estuve militando algo más de 10 años. Doy estos datos, no por la relevancia de los mismos sino para indicar que padecí todo el proceso de «abandono del marxismo» en el PSOE. Llevo, por consiguiente, más de 25 años sin militancia activa en ningún partido. No obstante conservo muchísimos amigos en el PSOE, y puedo tener desafecto por algunos de sus dirigentes, pero no les aplicaría el distintivo de enemigos. Podría postularme como un «libre oyente» del PSOE.
No he seguido muy de cerca la «perestroica» particular del PCE, ni como se han adaptado a la desaparición de la URRSS. Lo que sí constato es que bastantes de sus militantes-dirigentes aún se comportan como si esos sucesos no hubiesen acaecido. Mi porcentaje de amigos de IU es ostensiblemente menor que los que tengo en el PSOE.
En la transición no se tuvo el coraje suficiente para forzar la ruptura-democrática, estimo que fue un error, pero agua pasada no sólo no mueve molino sino que lo para. Ese periodo sólo sirvió para desorganizar a la derecha, pero los poderes fácticos quedaron intactos.
En 1996, aprovechando la crisis de 1993, y al rebufo del neoliberalismo anglo-americano, se permitió que la derecha tomara las riendas del gobierno de la nación. Evidentemente, a este hecho, contribuyeron decisivamente los tremendos errores de Felipe González (y del «aparato» creado por él con ayuda de otros).
Si nuestra derecha fuese una derecha normal, esta circunstancia hubiese sido un lance usual de la alternancia democrática. Pero no es el caso, nuestra derecha sigue impregnada de lo más rancio del franquismo y está dispuesta no sólo a recuperar las pérdidas que sufridas en los dos periodos de gobierno socialista, sino incluso hasta las pequeñas concesiones de maquillaje que cedieron durante la transición. Esta derecha quiere encerrarnos a todos en un Anillo de poder donde gobernarnos a todos, un Anillo para atarnos a todos en las tinieblas.
Para evitar lo que mencionaba en el párrafo anterior no queda otra que «rearmar» el socialismo del PSOE y caminar lo más coordinado que sea posible con IU. Si estos dos partidos cooperan podremos avanzar hacia un modelo de sociedad más justa y equilibrada. Si se hacen la guerra entre ellos estaremos más perdidos que Carracuca.
Por desgracia, parar el neoliberalismo a nivel nacional, tampoco será suficiente. Habrá que impulsar los actuales partidos, llamados socio-liberales, de Europa hacia posiciones «fuertemente» socialdemócratas. Lo peor de todo no es que estas tareas sean difíciles y complejas, sino que además son urgentes.