En los últimos días estamos asistiendo al vergonzoso espectáculo que la derecha catalana y madrileña están ofreciendo al mundo por ver quién se queda con Eurovegas, un mega centro de juego, restauración, prostitución, drogas, mafias, explotación de mujeres, trabajos de baja cualificación y luces, muchas luces de colores.
El proyecto catalán parece perder fuerza, pero no por consideraciones legales o de modelo productivo. Tampoco porque fuera a suponer la desaparición del delta del Llobregat, espacio natural especialmente protegido. Ni siquiera por el impacto ambiental que arruinaría a los payeses de la zona, eso son pecata minuta. Lo que les hace quedarse fuera de la pelea es la incompatibilidad de rascacielos de más de cuarenta plantas con el cercano Aeropuerto del Prat. Afortunados ellos.
Con el odiado enemigo catalán fuera de juego, el inclito Percival Manglano, Consejero de Economía del Gobierno de Esperanza Aguirre, ha acudido presto a arrojarse en los brazos del magnate de Las Vegas dispuesto a ofrecer lo que el citado mangante esté interesado en pedir.
Que quiere un paraíso fiscal, pues se lo hacemos. Que quiere contratos basura al margen del mermado Estatuto de los Trabajadores, si señor, deles ud con el látigo sí lo considera oportuno. Que hay que dejar sin aplicación la Ley Antitabaco en su pequeño Reino de Taifa, fume hombre, fume.
No pongo en duda que la construcción de ese enorme.complejo generará a priori puestos de trabajo y que en estos tiempos de oscuridad muchos serán los deslumbrados por sus potentes luces de neon.
Pero por una vez en Madrid deberíamos preguntarnos qué modelo de ciudad queremos, qué modelo de Región. Queremos crecer de cualquier forma y a cualquier precio. O preferimos apostar por un modelo sostenible, cuidadoso con el Medio Ambiente, con los derechos de los Trabajadores y de los vecinos.
Queremos industrias que aporten valor añadido, investigación y desarrollo o queremos ser un destino turístico de segunda. Una república bananera al Sur de Europa demasiado cerca de África.
El Partido Popular lo tiene claro, apuesta por el círculo virtuoso del ladrillo que decía Montoro antes de ser imbuido por el espíritu de la Merkel. Por eso ha mandado a Perci que para eso es bilingüe a cantarles aquello de: americanos, os recibimos con alegría…
Tan sólo una pregunta, apropiada en estos tiempos de SEQUÍA, ¿de dónde saldrá la gran cantidad de agua que consumirá el complejo en sus hoteles, piscinas, jardines, fuentes, campos de golf, etc…?.
Nos dejarán a los madrileños y comunidades vecinas sin el preciado líquido.
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