Hoy, la muerte de Santiago Carrillo, socialista primero, comunista después y un hombre de izquierdas, a la postre, me ha hecho acordarme de mis suegros, él, Antonio, fallecido ya, ella, Antonia, aquejada de ese mal atroz que es el alzeimer y ambos, dos buenas personas, humildes, trabajadoras y muy de izquierdas.
Mis suegros pasaron la guerra en su pueblo natal, Fuente de Cantos, uno de los mayores de Badajoz y que contaba entonces con una cédula comunista muy numerosa. Al final de la guerra, en torno a 5.000 comunistas, y sus mujeres, y sus hijos, y sus padres, y sus amigos, y cualquiera que fuera señalado por un vecino envidioso como tal, fueron asesinados allí.
Mis suegros, 70 años después, ya en el siglo XXI, en la seguridad y el confort de su pequeño piso de Alcalá de Henares, aún bajaban la voz para relatar aquellos años de terror, de violencia, de venganza, de miseria y de hambre. Dos personas buenas, de más de 80 años, que habían criado bien a sus 5 hijos y a sus muchos nietos, a las que aún se les llenaban los ojos de lágrimas y se les quebraba la voz por la rabia contenida al contar lo que yo voy a intentar transmitiros, sin alcanzar ni por asomo a comprender cómo se sintieron entonces, como se seguían sintiendo ahora.
«Se llevaron a mi tío por rojo, estaba preso y yo, aunque era una niña, cada mañana le iba a llevar la cesta con la comida sin saber si aún seguiría vivo o le habrían dado por la noche el paseillo»
«Por la noche, pasaban los fascistas por las calles del pueblo y escuchaban tras las puertas por si estabas llorando por tus muertos, entonces entraban en la casa y te llevaban también porque los rojos no teníamos derecho ni a llorar por los nuestros»
«Yo le bordé a mi tío un dios te guarde, que era un corazón para que los fascistas creyeran que era religioso y no le fusilaran una noche»
«Mi padre tenía tierras y eso nos daba mucho miedo porque si un vecino falangista quería tus tierras solo tenía que acusarte de comunista y estabas muerto, tu y tu familia y se quedaban con los campos y las casas»
…
Ahora no me cantéis la canción de que en ambos bandos se cometieron atrocidades porque si, lo se, durante la guerra pasó de todo, pero la diferencia radica en que una vez derrocado el régimen democrático y constitucional que fue la II República, durante los cuarenta largos años que duró el franquismo, las víctimas de su bando fueron honradas, glorificadas, ensalzadas e indemnizadas económica y moralmente.
Durante los cuarenta años de oscuridad y represión que supuso la dictadura de Francisco Franco, se llenaron las calles de loas a los caídos por dios y por España mientras se exterminaba sistemáticamente a una parte de la población, los vencidos, los rojos. Eso se llama genocidio: Exterminio o eliminación sistemática de un grupo social por motivo de raza, de etnia, de religión, de política o de nacionalidad.
Ahora ya no tiene sentido una causa penal individual porque la mayoría de los culpables están muertos, pero si tiene sentido una causa general contra el franquismo y sus incontables delitos contra la Humanidad. Una que devuelva la dignidad y el honor a las víctimas republicanas. Una que permita desenterrar de las cunetas a aquellos que lucharon por la democracia y la libertad y darles una sepultura decente. Una que elimine palabras como traidor, maricón, rojo, comunista… de sus expedientes judiciales. Una que nos permita mirarnos a la cara sin sentir vergüenza por consentir esta ignominia.
Descansa en paz, Santiago, en el balance de tu vida hay mucho más bueno que malo, hay más luz que oscuridad y hay mucho por lo que los españoles debemos darte las gracias.
Totalmente de acuerdo en tus conclusiones. Mis bisabuelos paternos fueron encarcelados por ser rojos y tuvieron que dejar solos a mi abuela, con 17 años y al resto de sus hijos, (9 en total, algunos de ellos más jóvenes). No sé hasta qué punto estuvieron expuestos a un paseo de aquellos. He pensado más de una vez buscar la documentación de aquel proceso… nunca con la idea de pedir una indemnización, sino de conocer lo que les pasó y cuanto tiempo estuvieron a la sombra…
¡Olé!, no me atrevo a escribir nada más por temor a romperlo.
he pasado toda mi vida teniendo a Santiago al lado, también en mi familia hubo atrocidades simplemente por ser republicanos, por tener una tienda, por quitarle la novia a un falangista (en este caso, mi tío Pepe se chupó la Quinta del Biberón con la República, tres años de mili forzosa al acabar la guerra para todos los «desafectos» y, una vez salió de todo esto, en un baile tuvo un roce con un señorito vestido de azul. el resultado es que hasta el año sesenta y dos estuvo en la modelo de Barcelona.
La primera vez que escuché en un mitin a Santiago fue en 1977, en unas naves industriales situadas prácticamente a las afueras. Desde entonces, con luces y sombras, ha sido uno de mis referentes. Escuchar a Carrillo, hablar ocasionalmente con el, tenía sobre mi dos efectos, uno el de calmarme frente a situaciones graves, el otro era que no tenía respuestas para todo, claro, pero siempre empleaba la razón, la lógica y conseguía estructurar el desorden para buscar una salid
Te voy a contar otra historia que no te interesará a tí, por roja, ni a los tuyos, por no mencionar a la Ley de Inmemoria Histórica. Resulta que una tía abuela mía fue atada con cuerdas a un camión estándo en vida. La ataron mujeres milicianas a las tú, con tu radicalismo me recuerdas. Murió derramando su sangre a lo largo de todas las calles de su pueblo. Sabes por qué? Por que era una monjita que cuidaba a niños con enfermedades. Niños que a día de hoy siguen siendo cuidados solo por las monjas católicas q tu tanto odias por ser radical. Pero sabes lo mejor, que murió antes de la Guerra Civil, es decir en la República, que por ser tan cateta seguro que piensas q fué el periodo más democrático de la historia de España. No tengas miedo a vencer tu ignorancia e infórmate bien. Si los rojos de esa época hubiesen respetado las creencias religiosas, seguramente hoy, seríamos una república. Pero no lo hicistéis y por eso sois y sereis los culpables de q algunos militares se enfrentasen a ese gobierno.
Un relato magnífico, Martu con esa historia real de desgracia y temor de nuestros padres y abuelos.
También yo tengo una familia que fue reprimida, despreciada, humillada por no ser ‘azul’ ni ‘meapilas’. La humillación también la intentaron conmigo en mis primeros años de colegio y de bachillerato. Tuve que callar muchas veces. Pero mi nivel académico, por suerte, hizo que me ganara el respeto de muchos inútiles del momento.
Ahora nadie me hace callar, y puedo refutar los argumentos tan manidos de esta derecha heredera directa del fascio.
Tú has demostrado ser valiente. Sigue así. Y como Carrillo, la dignidad ante todo y ante todos.
Yo solo puedo decir que en mi familia tengo victimas de los dos bandos, A mi abuela la mataron los rojos y a mi abuelo le metieron preso siendo afiliado a UGT de donde salio enfermo y loco y se quito la vida. Mientras sus hijos luchaban en el frente por la república, uno perdió la vida y el otro termino preso.
Y por otro lado tengo a mi abuelo materno desaparecido en combate del que nunca supimos nada más.
Pero lo que tengo claro, es que yo siempre he estado en el lado de los pobres, de las victimas y de los perdedores. Y que personas como Santiago Carrillo representaron para mi el símbolo de que otro mundo era posible. Hoy me siento triste, y más huérfana. Hoy ha muerto mi maestro.
Hola,
Somos un proyecto social de nueva creación: El Trastero Solidario
(para ver video: http://www.youtube.com/watch?v=RsTL9BKwO1w).
Se trata de una web donde las personas pueden regalar cosas que ya no
necesitan a otras que las podrían usar.
Necesitamos que personas altruistas voten y/o apadrinen nuestra
iniciativa en: http://www.viverovivesoy.com/ver-proyectos-vivero-vivesoy/190/el-trastero-solidario
El voto es gratuito y sólo requiere medio minuto. También puedes
apadrinar nuestro proyecto (es gratis) en el mismo link!
Cuantos más votos y padrinos consigamos, más oportunidades tendremos
de crecer y ayudar en tiempos difíciles.
Gracias!
Mi padre también era de Fuente de Cantos, y me contó lo sucedido en la guerra, y sobre todo en la posguerra, donde los señoritos campaban a sus anchas. Murió hace un año… así se ahorró ver como los señoritos salen de las madrigueras de nuevo.