El fin de semana del 9 al 11 de noviembre, si los delirios independentistas de Artur Más lo permiten, los socialistas celebraremos nuestra Conferencia Político, Organizativa y lo que se le ofrezca, en algún sitio por determinar de Madrid
Esta Conferencia puede ser una oportunidad o un fiasco. Puede servirnos para decidir cómo es o debe ser, el PSOE del siglo XXI o podemos seguir mareando la perdiz de una estructura decimonónica al borde de la extinción.
Los detractores de la democracia interna, de los cambios, de los avances, de la modernidad, nos dirán que los ciudadanos no entenderían que los socialistas nos mirásemos el ombligo… Si hubiéramos estado realmente interesados en lo que los ciudadanos pensaban de nosotros no habríamos reformado la Constitución Española, con agostidad y alevosía, pero eso ya es agua pasada, tierra quemada.
Aquellos que han alcanzado el poder con estas estructuras, endogámicas, cerradas y aristocráticas, no quieren aceptar la máxima de 1 militante 1 voto y por tanto esgrimen todo tipo de argumentos basados en la oportunidad, en la responsabilidad y hasta en el cambio climático, con tal de no abrir las estructuras del partido a una militancia cada más alejada de las élites que deciden nuestros destinos.
Antes de afrontar el importante debate político, que sin duda alguna nuestro Partido ha de realizar, en torno a temas fundamentales como la laicidad, la república, el modelo económico que defendemos, la educación, la sanidad, cómo sostener el Estado del Bienestar, el sistema impositivo…
Antes, tenemos que aclarar el debate estatutario aplazado en el Congreso de Sevilla. Hay que valorar las miles de enmiendas que los militantes de este Partido defendimos y aprobamos en los distintos Congresos Regionales y que hoy están acumulando polvo en algún cajón de Ferraz, en el mejor de los casos.
Antes de ver qué hace el PSOE de puertas a fuera, hay que modernizar el Partido de puertas a dentro, o el exiguo censo de a penas 220.000 afiliados, siendo generosa, seguirá reduciéndose hasta convertirse en irrelevante para la sociedad.
Con un Partido Socialista al borde de la quiebra económica, no solo por la merma de ingresos que supone perder 4 millones de votos, los parlamentos regionales, los ayuntamientos y casi cualquier poder institucional, sino también y fundamentalmente, por la asfixia económica a la que el Partido Popular quiere someternos con recortes en las subvenciones de más del 40%.
Con un Partido Socialista que no está siendo financiado desde el Estado, que vive apenas de las cuotas de sus afiliados, con una legislación que no facilita las donaciones anónimas, la única fuerza que mantendrá viva nuestra acción política seremos los militantes.
Los militantes, con nuestra contribución desinteresada, no solo pagando cuota, sino abriendo las sedes, realizando todo tipo de tareas necesarias para la acción electoral, acudiendo a mítines, manifestaciones, movilizaciones sociales, difundiendo de manera altruista nuestro mensaje a través de las redes sociales… en suma, los militantes con nuestra militancia, somos el único instrumento del que podrán valerse nuestros cuadros y mandos de ahora en adelante y esto no será a cambio de nada, será a cambio de participar en la toma de decisiones.
Este ya no es el Partido Socialista Obrero Español que fundó Pablo Iglesias para trabajadores manuales, sin formación teórica, que acudían a las Casas del Pueblo a aprender a leer y escribir, no. Este es un Partido de trabajadores formados, obreros cualificados, profesionales liberales, militantes que saben, qué quieren y que pueden decidir a todos los niveles.
La Conferencia Político, Organizativa y lo que se le ofrezca, tiene que afrontar que no tiene mucho sentido abrir a la ciudadanía en general la elección del candidato a las elecciones generales y no permitir que seamos los militantes en primarias, los que elijamos a nuestros Secretarios Generales, provinciales, regionales y federal.
Difícilmente comprenderemos aquellos que pagamos cuota, que estamos comprometidos con la causa del socialismo, que se le de más importancia a lo que opinen los de fuera que a lo que queramos los de la casa.
Las miles de enmiendas que duermen el sueño de los justos en algún lugar de Ferraz, son un grito silencioso en la conciencia de los que pueden ser valientes y afrontar un debate cuyo resultado final igual no es el que más les apetece, pero si será el que la mayoría decida. O pueden ser conservadores y aferrarse a las pesadas estructuras junto a las que se hunden irremediablemente y nosotros con ellos.
Me influyen mucho las dos experiencias de este tipo que he tenido en mis pocos años de militancia. La primera la conferencia política que prometió Tomás Gómez al ser elegido Secretario General del PSM en 2007 y la de Madrid Ciudad tiempo antes de las Municipales.
A lo mejor se convocaron con buena fe. Luego… en fin, cada cual tendrá su versión, si había mucha historia y no se llegó, si no se trabajó bien previamente, si cayó en manos de gente no preparada o si en realidad se buscó hacer un guiño a los medios… el resultado, por lo menos a nivel personal fue muy decepcionante. Falta de organización en la recepción del personal, demasiado discurso en el plenario, sesiones muy cortas en comisión y documentos base de trabajo bastante ramplones, cuando no lamentables.
Por lo demás, efectivamente, hay muchos temas abiertos y recurrentemente aplazados. Soy de los que piensa que nuestra labor de oposición debe ir con calma. Siguiendo la jerga musical, sotto voce o piano. Pero en el tema interno, en el mejor caso, «andante maestoso» o «allegro» o incluso «presto». Hay esperanzas en la conferencia política y bien llevada, trabajada puede ser el medio, pero me temo lo peor.
No sé si estaré, pero recomiendo ganas de trabajo. El PSOE lo necesita.
Al contrario que elabuchus, yo soy un militante con 20 años en el partido, y espero toda vuestra información para participar del 9 al 11 de noviembre en la Conferencia Política y Organizativa y en cuantas iniciativas de los militantes intenten reconstituir un PSOE del siglo pasado en lo político y clientelista en lo organizativo como el que soportamos. Y, además, no pienso que «nuestra labor de oposición debe ir con calma», si no todo lo contrario, ante la situación de emergencia económica y social en que nos encontramos. Necesitamos un PSOE hiperactivo, preocupado por el desempleo y el deterioro social de este país, que ofrezca alternativas y soluciones para mañana, y no para dentro de tres años (discurso oficial), cuando no haya nada democracia ni derechos sociales que defender.
Es cuestión de gustos, pero a mí, la hiperactividad no me va y no la recomiendo ni en lo personal. Por lo demás, necesitamos ese debate, efectivamente pospuesto.
Muy acertado tu artículo. Martu. Coincido contigo en que es la última oportunidad Para el PSOE. O el ego o el Partido, y para lo último es de absoluta necesidad doblegarse a la voluntad de las bases.
Blanco demostró abiertamente un nepotismo y chulería que en el País Valencià sufrimos debido a la grandísima ‘amistad’ entre éste y Jorge Alarte. Rubalcaba se encuentra en el mismo carro (véase su ‘equipo’). Cuando les interesa provocan primarias (Madrid) y cuando no, las niegan.
Para ellos ha dejado de existir el Partido SOCIALISTA OBRERO español. Se rodean de fieles ineptos y rechazan a la gente capaz para poder seguir dominando un aparato que también está de más en este Partido.
Bien dices: última oportunidad.
Me pregunto q tiene q ver el Sr. Mas en todo esto…..
Ser socialista no está de moda. Y técnicamente hablando es una putada.
Por una parte estas enfrentado a la derecha que gobierna y a los cafres que viven del cuento de «yo soy del pp», por otra te queda la sensación de que nuestro partido no acaba de reflejar en sus actos los ideales sociales que en su día me invitaron a afiliarme, y finalmente otras opciones políticas dicen voz alta lo que me gustaría oír de nuestros líderes del partido.
Creo que estamos en un momento desesperado, (yo todavía conservo el trabajo, pero sólo de momento, con hipoteca y 2 niños), en general, y que el país necesita ponerse las pilas y dar un vuelco, y para ello hace falta un liderazgo, un referente dentro de este país, que me gustaría que saliera de nuestras filas, pero lo cierto es que las estructuras del partido no se mueven al ritmo de nuestros tiempos. Antes lo cotidiano era comunicarse por carta y tardaban días o semanas en recibirlas en la era de la información todo es más rápido, es instantáneo, posiblemente tenemos los medios para que las bases DECiDAN como queremos que sean las respuestas que hay que dar para dar ese vuelco al país que todos necesitamos.
Soy afiliado desde hace más de 15 años, y a la UGT desde los 17 Añitos, y tengo ideales, incluso a veces alguna idea, y necesito que la opción política en la que creo, y su organización, evolucionen, no digo que tengamos que cambiar todas las caras, pero si pienso que muchas ya están quemadas por sus actos y por «haber dejado hacer» a otros. Es tiempo de que las bases que como bien dices en tu artículo somosy seremos el sostén de la organización pintemos un poco más, que seamos la brújula que guíe los actos de nuestros líderes.
Por cierto, que hay que ponerse las pilas ya! , que la derecha que gobierna se lo está cargando todo y si les dejamos llegar a los 4 años el país va estar hecho un solar.
Sigue Martu.