Leo en la prensa que a un joven se le han retirado una prótesis porque no podía pagar los 152€ que costaba. Leo también que han dejado morir a un inmigrante ilegal senegalés de tuberculosis, al no atenderle en Urgencias por no tener tarjeta sanitaria. Leo y no creo lo que leo.
Cuánto me acuerdo del compañero Ernest LLuch, tan valiente, tan íntegro, tan socialista. Él, que fue el padre de la universalización de la Sanidad Pública en España. Sanidad Pública, gratuita, de calidad, para todos, sin excepciones, sin miserias del sistema, sin mirar nada más que por la salud del paciente.
Siempre que pienso en Ernest le recuerdo gritándole a los proetarras, gritar, porque mientras gritáis, no matáis, pero sí, le mataron, le mataron por ser socialista, por defender a los más desfavorecidos, por luchar por la democracia y la libertad, le mataron, pero nos dejó su legado, una Sanidad envidia del mundo.
Ahora y con la excusa de la crisis, la derecha española, la rancia heredera de Alianza Popular, ese Partido creado por un puñado de Ministros de Franco, están destrozando el Sistema Público de Salud para, a través de las privatizaciones, favorecer a sus amigos, ex cargos, familiares y demás parientes populares.
No tiene nada que ver con el ahorro o la mejor gestión. El Consejero de Sanidad del Gobierno de Madrid, Javier Fernández-Lasquetty, no ha sido capaz de facilitar ni una sola cifra que avale su afirmación de que la gestión privada de la Sanidad Pública madrileña será más económica o eficaz. El Consejero se ha mostrado impotente, frente a los profesionales sanitarios, de justificar de un modo coherente y sobre todo, documentado, sus planes privatizadores.
Muerto el ladrillo hay que abrir nuevos nichos de negocio para los generosos “donantes” del Partido Popular y así poder seguir “sobrecogidos”, que no solo de afiliados vive un Partido, lo que sucede es que esta vez lo están haciendo a costa de nuestra salud y la de nuestros hijos y la de nuestros mayores y la de los que vienen aquí en busca de un futuro mejor para los suyos.
Políticos del Partido Popular a parte, hay que ser muy mala persona para mirar a los ojos a un sin papeles enfermo y decirle, esto cuesta mucho dinerito y no te vamos a atender. Miembros del Gobierno de Mariano Rajoy a parte, hay que carecer de alma para extirparle una prótesis a alguien que la necesita porque no puede pagarla. Especuladores sanitarios a parte, hay que ser insensible al dolor ajeno para, como sociedad, no hacer algo ante tanto atropello.
Hoy, en memoria del compañero Ernest LLuc y de tantos socialistas que lucharon por la universalización de la Sanidad Pública, os pido que acudáis a las mesas que hay repartidas por toda la Comunidad de Madrid a firmar en contra de la privatización que quiere llevar a cabo el Gobierno del Heredero, Ignacio González.
Por una Sanidad Pública, Universal, Gratuita y de Calidad, yo firmo.
Ojo al caso de Mallorca. No se atendió a un inmigrante irregular, y resulta que tenía tuberculosis. La tuberculosis es una enfermedad infecciosa que se transmite vía aérea, y ahora tendrán que hacer pruebas preventivas o las personas que estuvieron en contacto con él. No sólo no supone ahorro sino que es una medida potencialmente peligrosa para toda la población.
Por cierto, desde 1980 sólo se vacuna contra la tuberculosis en Euskadi. No quiero ni pensar qué podría pasar si un sin papeles contrae una meningitis.
No es sólo la sanidad, es todo lo que nos iguala a todos, a los que más tienen y a los que menos tienen. Ellos quieren convertir nuestros derechos, esos derechos por los que lucharon muchos, incluso contra la propia dictadura de la que es heredera la derecha reaccionaria de Rajoy, en su nuevo nicho de negocio.
Volviendo a la sanidad. El modelo que quiere seguir este gobierno y sus palmeros de las CC.AA. gobernadas por la derecha (incluyo también a UPN y CiU) es el norteamericano, donde todo es privado, y donde millones de ciudadanos no tienen derecho a la sanidad, por mucho que sea un Derecho recogido en la Carta de la ONU. Han empezado con los inmigrantes porque no pueden pagar, seguirán con los ancianos porque no tendrán dinero para pagar la factura médica, continuarán los parados a los que retirarán la protección sanitaria y no tienen dinero para pagar. Del hecho de no atender a un inmigrante sin papeles a meterlo en un taxi y tirarlo en un albergue como ocurre en USA hay sólo un paso.
La semana pasada se jubiló de manera forzosa a 700 médicos con el argumento de que eran caros y que habría un ahorro de millones de euros. Estos médicos son Jefes de unidades de grandes hospitales. En algunos casos estos profesionales son eminencias a nivel mundial. Pero son plazas médicas que no se van a reponer. Hoy en la Comunidad de Madrid se han tenido que suspender operaciones, transplantes, consultas porque Fernández-Lasquetty antepone ese supuesto ahorro a la salud de los ciudadanos, salud que es un derecho recogido por la Constitución y la Carta de Derechos Humanos de la ONU. Sin embargo, esta medida oculta algo más perverso: los salarios de estos profesionales harían el margen de beneficio de las empresas a las que se quiere dar a dedo el negocio de la sanidad pública mucho menor. ¿Cómo van a asumir esos salarios estas empresas?
Yo ya firmé ayer, y reclamo a todos los que lean la entrada de Martu o este comentario que hagan lo mismo.
NO PODEMOS PERMITIR QUE NOS QUITEN NUESTROS DERECHOS.
SANIDAD PÚBLICA, UNIVERSAL Y GRATUITA POR LAS BUENAS O POR LAS MALAS.