Ayer, durante la celebración de la Manifestación en Defensa de la Educación Pública y contra la Ley de Educación que nos quiere imponer el Ministro Wert, miembros de las Juventudes Socialistas fueron agredidos y expulsados de la manifestación por radicales de la izquierda que portaban banderas comunistas y que al parecer son de un “partido” llamado Reconstrucción Comunista.
Este hecho, que en si mismo es de una gravedad extrema, máxime cuando los socialistas hemos defendido la Educación Pública de calidad desde nuestra fundación hace ya 134 años y cuando la Ley que se quiere mantener es la de que fijó un Gobierno Socialista, ha alcanzado cotas delirantes hoy, cuando por parte de la izquierda auténtica se ha pretendido primero negar la agresión, después justificar la violencia contra los socialistas por los errores del Gobierno Zapatero y finalmente amenazar con que esto sucederá cada vez que salgamos a la calle porque entienden que no somos dignos de ella.
Iba a reproducir aquí las barbaridades y lindezas que he tenido que leer durante toda la mañana de los repartidores de carnés de la izquierda auténtica y a denunciar los silencios de sus líderes más mediáticos, que no condenan esta forma de fascismo, me temo que porque en su fuero interno piensan que nos lo merecemos, pero me da mucha pereza porque en realidad, a mí, me duelen los míos.
Recuerdo que nada más comenzar la película, Las trece rosas, unas jóvenes socialistas aparecen dando un mitin, más bien arengando al pueblo, subidas en un carro para que no desesperen pese al hambre y el miedo porque Europa no nos iba a dejar solos, porque las izquierdas triunfarían… y se me saltaron las lágrimas y ya no puede dejar de llorar en toda la película, porque me duelen los míos.
Nuestra Guerra Civil fue un ejemplo del cainismo imperante entre los “partidos” que conforman la izquierda. Gran parte de la derrota del ejército rojo fue debida a estos enfrentamientos fraticidas a los que desgraciadamente somos tan dados en la izquierda, y 75 años después parece que no aprendimos nada de aquel baño de sangre, sangre roja, sangre de nuestros mayores, sangre. Y a mi, me siguen doliendo los míos.
En lugar de mirar hacia Andalucía y aprender de todo lo que podemos conseguir trabajando juntos los partidos de izquierda, en lugar de ver que juntos hacemos aflorar lo mejor de nosotros mismos y corregimos las desviaciones que toda organización acaba teniendo, máxime si es centenaria, en lugar de eso, preferimos zaherirnos en manifestaciones, asambleas de barrio, redes sociales y cualquier sitio en donde nos encontremos y por eso a mí, me duelen los míos.
La primera vez que me manifesté en defensa de la Educación Pública fue en el año 1986, cuando cursaba 1º de Bachillerato y el Ministro de Educación era el socialista Maraval y su Secretario de Estado para la Educación era un tal Alfredo Pérez Rubalcaba. Fijaos si tengo galones en esto de salir a la calle a defender lo público, lo nuestro, lo de todos. Nadie va a conseguir que deje de luchar por lo que creo, de pelear por mis principios y valores, nadie, ni desde la izquierda ni desde la derecha va a quitarme ese derecho adquirido durante años de coherencia, de pensar como vivo y de vivir como pienso, aunque hoy, a mí, me duelan los míos.
Hace poco consentimos que se expulsara violentamente de otra manifestación a los compañeros Juan Fernando López Aguilar y Beatriz Talegón. Quizás por ser quiénes eran, por cuitas internas, envidias o cálculos electorales, no hicimos entonces la protesta airada que correspondía y ayer la intolerancia dio un paso más al agredir a chavales jóvenes, algunos menores, que poco o nada pueden tener que ver con supuestos errores del pasado reciente o antiguo del socialismo español. No podemos, ni debemos consentir estos atropellos a uno solo de los nuestros, porque a vosotros, como a mí, hoy os deberían doler los nuestros.
Me parece mal el hecho en sí. Pero sacar la metralleta de pedir condenas, y apuntar con el dedo acusador a quién no ha sido, o no condena con la suficiente celeridad, tampoco es la mejor manera de llevarlo. Un saludo.
El radicalismo, en un sentido u otro, es siempre peligroso. Y los que se creen con la verdad absoluta son los que luego hacen las barbaridades más grandes.
Compartido Martu. Gracias!
Es inaceptable que algunos se arroguen el derecho de expedir certificaciones de «verdadera izquierda», es inaceptable que compañer@s sean agredidos física y/o psicologicamente, es inaceptable que nos quieran negar nuestro derecho a manifestarnos. No me esconderé y seguiré asistiendo a concentraciones, manifestaciones y demás protestas en cualquier lugar que estas se celebren, y por supuesto, siempre identificado como militante del PSOE.
Soy militante del PSOE desde años. Este partido ha hecho muchas cosas buenas y también bastantes malas (por eso estamos como estamos). Soy muy crítico con los míos pero basado siempre en el diálogo y el respeto, mis profundas convicciones democráticas así me lo dictan.
Nadie a estas alturas, por muy de izquierdas que se crea, nos va a decir a los socialistas que es lo debemos o no debemos hacer y donde debemos estar o no.
Es una verdad absoluta, quien no tiene argumentos utiliza las agresiones.
Yo también firmo el post.
Hay que tener mucho cuidado con determinados pseudopartidos de este tipo, porque en realidad no son de izquierdas. No conozco a esos que dices de la Reconstrucción, pero hay unos que se hacen llamar Unificación Comunista de España (UCE) que en realidad son un «partido de bandera falsa» infiltrado por la derecha. Llevan bandera republicana y con la hoz y el martillo, pero en su sede madrileña de la calle del Casino tienen un cartel firmado y dedicado por Rosa Díez, y editan un periódico llamado «De Verdad» donde sueltan eslóganes que parecen redactados por Mayor Oreja o por Ynestrillas.
Otros muy similares son los de la SAIN (Solidaridad y Autogestión Internacionalista) que van de perroflautas, y sacan cantidad de proclamas con fotos de niños de África muertos de hambre y eslóganes muy «alternativos» y «altermundistas», pero detrás de ellos se esconde una organización de los señores de la sotana. Cuando en algún municipio las elecciones están muy reñidas a casi el 50% entre la derecha y la izquierda, aparecen por «casualidad» pocos días antes de las elecciones paseando un camión por la calle que repite proclamas de «por solidaridad, no votes» y cosas por el estilo. Con eso mueven unos pocos votos desde la izquierda hacia la abstención, y gana la derecha.
Ambos partidos han sido denunciados desde muchos ámbitos por tener un funcionamiento sectario (de hecho manipulan a sus militantes con técnicas similares a las de las sectas religiosas) y tratan de «pescar» a descontentos de la izquierda para lavarles el cerebro.
Yo soy el primero que critica las chapuzas que ha habido en la izquierda en los últimos años, pero precisamente por eso hay que tener cuidado, porque saben que ahora hay mucho descontento que puede ser captable por timadores de este tipo.
1. Apoyar el plan Bolonia como ha hecho el PSOE es un forma bastante extraña de defender la escuela pública, este plan es un auténtico ataque a la igualdad de oportunidades en la enseñanza superior.
2. Muchos de los que nos movilizamos ayer por la educación no queremos volver a ua norma fracasada como la LOE que mantiene a España en los ultimos puestos de todos. losinformes sobre educación. Queremis un plan nuevo que aporte un nuevo marco educativo a nuestra sociedad.
Dicho esto mostrar mi repulsa al cualquier acto violento en una manifestació, mucho más contra los propios manifestantes por el simple hecho de que sean de un determinado partido. También decir que me parece muy importante launidad de las izquierdas, pero el PSOE de hoy en dia al menos en su cúpula no es izquierda es simplemente otro PASOK aliado de la troika
Pingback: Martu Garrote crítica con los ataques fraticidas de la izquierda
Cuando en algún comentario en el que se denomina a los salvajes de ayer «la izquierda autentica» yo apostillo «y de las jons», no es una broma. Los que tenemos ya cierta edad hemos conocido como a cinco millones y pico de esos rojazos que echaron del poder a Franco y acabaron con la dictadura, ellos solos y uno a uno, que no veas si echaron veces al Paquito. A estos les cambias el traje y te sirven para todo. A muchos que empezaron en la OJE los vi después en la ORT y haciendo lo mismo, repartir primero querían matar rojos y luego guardias civiles y tampoco es borma. Al final la educación pública igualitaria llego de la mano de los NUESTROS y será la chavalería a la que pegaron ayer quienes la mantengan y defiendan cuando los NUESTROS vuelvan a gobernar, porque cada uno y una de esa chavalería tienen más de 130 años.
Decid que sí máquinas, que vosotros sois los mejores y no habéis hecho nunca nada mal, que vosotros sí que sois de izquierdas, que se os nota a la legua, esas maneras de ayudar a la izquierda en las huelgas, esa manera de trabajar con los compañeros para que las manifestaciones sean un éxito… Como representante de la «izquierda verdadera» os voy a decir que estamos hartos de que una panda de trepas llegue a última hora a unas manifestaciones que no han hecho absolutamente nada por crear y se lleven todo el mérito como han hecho toda la vida, viviendo de rentas. No me parece bien, ni muchísimo menos la agresión a la JSE, pero tenéis que ser conscientes de quiénes sois de una vez, aquí no hay duelo fraticida entre izquierdas, dónde está la izquierda en un partido que sube la edad de jubilación? O en uno que hace una reforma laboral solo un poquito menos dura que la del PP? Dónde está la izquierda en poner un límite al gasto público? Por Dios santo… Es de primero de izquierdas saber que ser progresista consiste en que el Estado gaste dinero y redistribuya la riqueza! Ha llegado el momento de que asumáis de que ahora mismo sois lo que era Gallardón hace años, esa ala de la derecha que parece más moderada pero que demuestra cada vez que llega al poder que está podrida y realiza las mismas políticas que el PP. Y ahora reflexionad, y si tenéis un poquito de dignidad, arrepentíos de ser tamaños traidores para con la clase trabajadora que, desafortunadamente, en su gran mayoría aún sigue pensando que vais a ir con vuestra rosita a salvarles.
… gracias!!!!
… perdona, me identifico, madre de Mario.
Solo decirte Gracias.
Para añadir más evidencia histórica sobre cómo los extremos se tocan, conviene recordar el origen de no pocos falangistas, que antes de encuadrarse en la organización de José Antonio Primo de Rivera, habían pertenecido a la Federación Anarquista Ibérica. Incluso la bandera falangista consta de los colores rojo y negro como la F.A.I., y sobre la banda negra aparece el yugo y las flechas. Ernesto Giménez Caballero, miembro fundador de Falange, detalla cómo a la salida de una de las primeras reuniones del nuevo movimiento se les ocurrió cuál sería su emblema al observar precisamente la bandera rojinegra en una sede de la C.N.T. en Madrid, próxima al local donde los falangistas se habían congregado. También los carlistas repararon en el hecho de que antiguos anarquistas se habían pasado a la Falange, y lo plasmaron en una parodia del ‘cara al sol’ que solían cantar, la cual empezaba así:
«ESTOY AL SOL QUE MÁS CALIENTA
DE LA F.A.I. AYER O ANTES DE AYER
AHORA ESTOY CON LA CAMISA NUEVA
PEINADO EN EL CAFÉ»