Ahora que la política está tan denostada y que lo que prima es aseverar sin ningún fundamento ni razonamiento intelectivo previo que todos los políticos son iguales, que están alejados de la realidad y hasta que son corruptos, surgen con fuerza unas nuevas figuras a las que seguir ciegamente, los periodistas de investigación.
Estos nuevos ídolos están revestidos apriorísticamente de todas las virtudes que el votante progresista admira: honradez, objetividad, ecuanimidad, magnanimidad, inteligencia, perspicacia y sobre todo, independencia, apriorísticamente insisto.
En un mundo completamente mercantilizado, el de los medios de comunicación no es una excepción. Todas las grandes cadenas televisivas, la prensa escrita, los grupos editoriales, marcan su línea editorial basada en sus ideas políticas y sobre todo, en sus intereses económicos y esta se impone a cada rincón de sus medios.
La Sexta no es una excepción, desde su absorción por Antena 3, sus programas de debate, opinión, crítica y denuncia política han ido virando lenta pero inexorablemente hacia la línea editorial que marca su dueño, que no es precisamente de izquierdas. No es un cambio brutal ni descarado porque eso espantaría a todo el telespectador progresista que se refugió en ella con el advenimiento del Partido Popular a la radio y televisión pública, pero si es un cambio notable.
No veremos a estos iconos del periodismo independiente alabar al Partido Popular porque amén de no resultar creíbles, perderían su fuerza a la hora de que el mensaje cale, lo que ahora se estila es denostar a la clase política sin piedad y sin distinciones, apuntarse al carro del mensaje indignado de que las instituciones españolas están corruptas y ya no sirven para el fin que fueron diseñadas y así abonar el terreno a situaciones como las que se han dado recientemente en Grecia o Italia.
El plan es realmente bueno, eso hay que reconocerlo, si desde programas como Salvados de Évole, o el gran lanzamiento de ayer de Ana Pastor, El Objetivo se lanzan soflamas contra la clase política en general, esto solo daña al votante progresista por dos sencillas razones: la primera es que el votante del PP no pone jamás La Sexta, no hay más que ver las encuestas que el propio Wyoming hace en Serrano para constatar este hecho. Y la segunda y no menos importante es que al votante del PP la corrupción le molesta más bien poco tirando a nada y para muestra lo sucedido en Valencia o Madrid, cunas de la Gurtel, las últimas elecciones autonómicas.
Os cuento todo este desahogo porque anoche hice por ver el primer programa de El Objetivo, con la tan admirada Ana Pastor como presentadora y con el compromiso de hacer un programa basado en las cifras, qué más objetivo que unos datos dicen ellos mismos. Aguanté solo los tres primeros asuntos: la comparación de la democracia estadounidense con la española en cuanto a la tan cacareada transparencia, que era un ejercicio maquiavélico porque de ahí solo podía colegirse lo mal que estamos en España en lugar de hacer un análisis riguroso y matizado del asunto. Vi también el milagro económico de Aznar que se ve que es de máxima actualidad lo que hizo este integrante destacado del trío de las Azores en el año 1996 y finalmente me amargué la noche y cambié de canal con el uso torticero del asunto de los EREs de Andalucía explicado chabacana y torticeramente por el muñequito llamado “españolisto”.
Las razones de mi enfado son variopintas pero podemos resumirlas en: ¿no hay casos gravísimos de corrupción generalizada en política de un Partido como el PP con la Gurtel y los papeles de Bárcenas, o CIU con el Palau y las ITV de Oriol Pujol, o la Casa Real con el caso Noos que precisamente hay que ir a por el único gobierno de izquierdas de España? (no me olvido de Asturias y Canarias).
Y una vez elegido este tema, ¿cómo se puede meter en el mismo saco a Rosa Aguilar del PSOE que habló claramente de los 50 y los 17.7 millones de EREs intrusos, con el Campeón Arenas del PP que empezó por 700 millones y acabó con 1400 o con Rajoy hablando de miles de millones? ¿Y no hay otro medio que El Mundo que se ha caracterizado por su conspiranoia contra el PSOE en temas de tanta sensibilidad como los atentados del 11M?
Tampoco entiendo de qué se reían tanto ayer los de la izquierda auténtica porque creían ellos que iban contra el bipartidismo, les recuerdo el infame Equipo de Investigación de la semana anterior contra Sánchez Gordillo, que sin ser santo de mi devoción recibió un trato más propio de un delincuente que de un representante electo de sus ciudadanos.
Se que criticar a Evole o a Pastor me convierte en una reaccionaria, sectaria y no se cuantas barbaridades más que me vienen diciendo desde anoche, pero esto es lo que pienso, con mis motivos y mis razones, lejos de la irreflexión y el apasionamiento.
Llegué tarde a ver el programa, pero algo me he debido de perder, porque de la parte referida al «milagro económico» de Aznar me pareció que quedó desmontado con cifras.
De las que se dieron con respecto al caso de los ERE, quedó claro que quien más cerca está de la que dio el periodista de El Mundo (sí que merece comentario aparte la elección de los invitados, aunque en este caso le dé un valor añadido a la cifra) era precisamente Rosa Aguilar, y el resto aparecieron como una panda de flipaos que se iban con una soltura alucinante a la estratosfera de los 1000, 1500, 1700 (éste fue Sánchez Gordillo, muy ufano él), incluso a los miles de millones a los que se fue Rajoy), que debió de fumarse lo que no está en los escritos antes de soltar eso.
Después me pareció ver que Pastor invitó a un ginecólogo (¿¿¿!!!) para responder a un comentario de Elena Valenciano sobre el tratamiento del aborto en Malta, y ahí sí que me quedé bastante perpleja.
Por lo que se refiere a la cadena en general, coincido en que probablemente tenga que compensar las noticias que dan sobre el PP (no les queda más remedio) con el mensaje de que todos son iguales, pero tengo que reconocer que es una opinión formada en base a escasísimos minutos vistos de otros programas, que sencillamente, no soporto. Además tengo como norma de inexcusable cumplimiento no ver ningún programa en el que aparezca Marhuenda. Mi único reconocimiento a La Sexta se lo doy por El Intermedio, del que soy incondicional, y además puedo decir que es el único programa que veo en TV que no es una serie.
Manu, comparto la gran desiusión que me produjo el programa. A la tan cacareada objetividad del programa, donde se estuvo recalcando una y otra vez, que no era un programa de opinión, y que tan sólo eran los datos desnudos, ni tan siquiera en los datos y en los medidores de verosimilitud se libró de estar exenta de opinión.
Los datos podrán ser los que son, pero depende de los que se elijan, y como se cuenten, constituyen un relato u otro de los hechos. No se puede igualar, por ejemplo, en verosimilitud la declaración de Rosa Aguilar, que dio datos exactos, sobre intrusos y comisiones (el dato de las empresas está por determinar, a falta de valorar el grado de fraude en los EREs fraudulentos), y que en todo caso se desvió en 70 mill, que los datos de Sanchez-Gordillo (fuego amigo) que hablaba de 1700 mill de robo a los trabajadores de Andalucía, y que se desviaba de la cifra en 1540 mill. Poner en la misma balanza ambas afirmaciones es faltar a la verdad, y por tanto, opinar.
Y ya, el colmo de los colmos, fue destacar, dentro del debate sobre el aborto, las declaraciones de Elena Valenciano para verificar el grado de veracidad de las mismas. Si esa vara de medir se aplicara a los titulares de periodicos o programas de tv (incluidos los de investigación) ninguno pasaría de la categoría de falso.
El problema no es que Elena Valenciano fuera inexacta, al comparar la legislación que nos quiere imponer Gallardón en materia de aborto con la de Malta que no existe. Puede resultar una exageración, pero expresa el sentir de la poblacion no solo femenina, sino progresista, ante un retroceso evidente en dicha legislación. El problema es que una política, referente en estos momentos en la protesta contra la involución que se prentende, es cuestionada, y supone un ataque encubierto, y quizás involuntario, con la excusa de una pretendida neutralidad, en la linea de flotación de la defensa de tantxs.
Es lo que se lleva en la actualidad, la mal llamada equidistancia, el que son todos iguales, el que todos son corruptos, y todos actúan igual. ME NIEGO a ese juego. Es como considerar la misma corrupción si se defrauda al INEM, o si se defrauda por las preferentes; podrá ser fraude, pero no se puede ser equidistante en el análisis. Unos defraudan cientos de euros, otros, cientos de millones.
Un saludo
Entonces ¿dais el dato de Rosa Aguilar (que cifró el contenido de la estafa en LA MITAD de lo que es) por bueno? ¿¿De verdad el hecho de que haya «otros» más manipuladores (o abiertamente EMBUSTEROS) que uno, hace que alguien que se ha comido la mitad de la cifra esté en lo cierto??
Yo en concreto no lo doy ni por bueno ni por malo. Sí que agradecería que ya que es el que más se acerca alguien que sepa se tome la molestia de dar una tercera opinión diferente a la de Aguilar y la del periodista de El Mundo
El programa de Ana Pastor me pareció muy flojo, pero no estoy de acuerdo en tu crítica. Si la premisa del programa (difícilmente alcanzable, pero al menos vocacional) es «Datos sin opinión», la opinión de quién miente y cómo en el tema de los ERE la sacas tú.
Cualquier espectador que estuviera mínimamente atento comprobaría que Rosa Aguilar clava dos de las tres cifras, pero obvia la tercera que, si mal o recuerdo, casi duplicaba la cuantía de los fondos malversados. No se puede dar por bueno ese dato, lo contrario es de escaso rigor y sesgo. Pero igualmente, cualquier espectador mínimamente atento comprobaría que la cantidad malversada (bueno, presuntamente) eran 140M€, disparatadamente alejada de los 1.000, 1.400, o «miles» de millones, que mencionaban Arenas, Gordillo, Rajoy…
No es a los informadores, sino a los espectadores, a quienes que compete establecer el juicio de «todos son iguales» o «no todos son iguales». Y seguramente muchos opten por la primera vía, mucho más fácil y relajada, pero es que no es misión del informador crear una especie de papilla de fácil digestión con la información, para que el espectador tenga unas conclusiones certeras y sólidamente fundadas con el mínimo esfuerzo. Esa es la diferencia entre «informar» y «opinar» o «crear opinión». Y el día que sea necesario que la información incluya las obvias conclusiones, tendremos que aceptar que ya somos borregos, o tontos, o ambas al tiempo.
Respecto del programa de Evolé (de anoche) el planteamiento era prácticamente contrario al de Ana Pastor: una enorme dosis de opinión y muy poca información, más allá de los vídeos de casos muy particulares que se alternaban. A la mesa se sentaron un ministro socialista (que lo fue durante 5 años y medio) de Educación y Ciencia, una jueza fundadora del histórico Despacho Laboralistas de Atocha (formado por abogados de CCOO y afiliados al PCE) y un catedrático de filosofía de la UB que fueron invitados al programa a verter sus opiniones. Y yo no diría que se presentase de otra forma…
Precisamente Évole y Pastor son figuras peligrosas por eso. 1.- simplifican en exceso la realidad (introduciendo o no elementos que la banalizan) 2.- tratan a su público como una masa anónima desinformada, reforzando su sentimiento de masa, de anónima y de desinformada 3.- se constituyen en referentes ineludibles y mesiánicos, inatacables que, como se ha visto, digieren muy mal las críticas y 4.- (esto ya es más subjetivo) atufan a buen rollo, a medio camino entre el hippismo, la nueva era y la catequesis.
Prefiero a Wyoming, a Julia Otero, incluso a las tuerkas si me apuráis. Ah, y no creo que haga falta recordar el grupo empresarial al que pertenece la Sexta (al igual que Antena 3 y La Razón, por cierto) y los pocos reparos que se tienen para ahogar un medio (léase Público) cuando deja de ser útil.
Buenos días Martu. Respeto tu opinión como la de cualquier persona pues «gracias a Dios» todavía vivimos en una Democracia donde se protege la libertad de expresión (generalmente) pero no estoy de acuerdo con tu valoración. Creo que el nuevo programa de Ana Pastor debe ser muy complicado de realizar, debido a que se antoja muy difícil hacer un programa de contenido político y no entrar a valorar o realizar opiniones al respecto. No pienso que la nueva linea editorial tenga rasgos conservadores o proclives a la ideología de cierto dirigente de Antena 3 (no hay mas que ver programas como «La sexta columna» o «El intermedio») y pienso que es el canal a nivel nacional que mas se acerca a la objetividad periodística ya que programas como «Salvados» se han preocupado de criticar o de mostrar las verguenzas tanto del PP como del PSOE (tal vez se han centrado mas en el PP porque es el que actualmente esta en el poder y porque sus medidas son antipopulares e injustas) . A mi el programa de Ana Pastor no me agradó especialmente pero no me dio la sensación de estar viendo un programa manipulado políticamente, y si hizo el espacio que mostraba el caso de los EREs pienso que es porque ya había hablado sobre la aprobación de la Ley del Suelo de Aznar como origen de la burbuja inmobiliaria y puesto que desgraciadamente vivimos en un bipartidismo, tuvo la necesidad de hablar de este caso que afecta al PSOE. No olvides que los PP y PSOE son los partidos que tienen a mas políticos imputados por casos de corrupción, así que no veo razón de por qué no hablar de este.
Un Saludo.
Quizas esté desinformado, pero los 70 mill. adicionales que computaban de dinero desviado a empresas corresponde al montante total del ERE para la empresa que está «tocada» por algún «intruso» o por alguna sobrecomisión. Este dato es interpretable, porque supone computar por el montante completo del ERE, cuando quizás el dinero desviado es el 10% del mismo. Es la misa extrapolación que se hace con las cifras totales: algunos computan todo el dinero invertido en este programa, y no los euros defraudados (coger la parte por el todo)
Es evidente que el discurso de presentar como objetivos datos que son interpretables termina calando en la mayor parte de la población.
Por cierto, a ver cuando alguien se atreve a hacer algun programa sobre las desviaciones de dinero para la contratación subvencionada a las empresas, las deudas de las mismas a Hacienda y SS.SS. O otro sobre la subvenciones de los medios de comunicación y su pretendida objetividad. De momento el muñeco de pim-pam-pum son los partidos políticos y sindicatos (de seguir así nos los cargamos), pero al otro lado están los mercados, el poder financiero, las grandes empresas, la Iglesia. Cuantos de estos poderes resistirían la mínima parte de inspección que se realiza sobre los primeros ?? Ya se que no los pagamos directamente, pero viven de nuestra sange y nuestro trabajo indirectamente, y están fuera de control, que no de poder.
Hace tanto que se abandonó el periodismo serio, donde la información se consideraba un derecho y no una mercancía, que ahora nos contentan con un producto de marketing y comunicación para generar estado de opinión…la de ellos.
El problema aquí es que en un país como España, tanto unos como otros tienen miedo a la autocrítica. Los medios de comunicación tienen el labor de informar y creo que el programa de Ana Pastor del Objetivo, así como todos los Salvados de Évole son grito esperanzador hacia el periodismo televisivo. Como socialista que dices ser deberías ser consciente de que tus ideas o tu partido también pueden recibir críticas y en cierto modo deberías considerarlas, puesto que escuchar solo lo que uno quiere escuchar es retroalimentar una burbuja de autocomplacencia que acaba por destruirnos.
El programa se ha ceñido a los datos y la periodista Ana Pastor frenó cualquier tipo discurso de opinión que los invitados, por inercia o no, comenzaban a hacer.
Me parece ridículo que una supuesta adulta esté criticando lo que precisamente llevamos años pidiendo al periodismo: INFORMACIÓN LIMPIA, DATOS, INFORMACIÓN SIN IDEAS DE POR MEDIO. Y te lo dice una joven de 17 años que tiene como meta ser una persona crítica con el mundo con el que vive, que nunca estará dispuesta a rechazar la consideración de opiniones contrarias a si misma y a sus ideas, porque así es como se crece, dudando de unos mismo y no limitándose a escupir encima de lo que no apoya tus esquemas de pensamiento.
Llegados a este punto, mandarás a tomar por culo lo que una «niñata» te está diciendo (no espero menos) porque aquí, en España, militamos en la filosofía de la cabezonería (las malas costumbres nunca se pierden) y cuando uno no escucha lo que quiere lo ignora y se tacha a esa persona de borrego. Pero en cualquier caso, si procede, llámeme niñata. De momento sigo sin ser lo suficientemente «adulta» y a diferencia de muchos considero hasta los más bárbaros insultos (se agradece una opinión en tal caso, a poder ser).
Muchas gracias y un saludo.
Bueno Ana, te has puesto la venda antes de que yo diga ni mu. Respeto tu opinión y lo que es más importante, la agradezco.
No me molesta la crítica, lo que reprocho a El Objetivo es la manipulación disfrazada de transparencia.
Desde el momento que se eligen los datos y la forma de exponerlos ya se toma partido. No existe nada ni nadie neutral.
No me gustó el programa y eso que me perdí el remate, la crítica gratuita a Valenciano por medio del aborto echándole un cable a Gallardón. De pena!
En mi opinión, humilde, todo hay que decirlo, creo que han escogido temas muy diversos que perjudicaban tanto a unos como a otros. Me parecería mucho más grave que simplemente se limitasen a exponer datos a modo de crítica hacia la derecha y que la Sexta se convirtiese en la nueva Interconomía, como un circo para el bando izquierdista donde solo se diera lugar a la blasfemia contra el PP y derivados. El PSOE (y muchos otros) también ha hecho cosas mal (en menor o mayor medida es otro asunto de debate) y no veo nada de malo en que se denuncien. Por lo tanto, no estoy conforme con lo que dices sobre que los datos elegidos denotasen cierta tendencia subjetiva. ¿La forma de exponerlos? Como tú dices es imposible ser totalmente neutral, pero dentro de lo humanamente posible, creo que el programa lo ha sido. Opiniones, diversas. Para gustos, colores
Ana, soy un poco más adjulto que Martu (mas viejo), y como considero que eres un espritu critico a el apelo poniendote un ejemplo:
Tres afirmaciones:
1. Barcenas tiene 32 mill de euros en Suiza
2. Se calcula que Barcenas podría tener 32 mill descubiertos y 21 por descubrir en cuentas que se están investigando
3. La fortuna de Barcenas podría llegar a 800 mill de euros distribuidos por todo el mundo. Además se sospecha que el PP podría tener aún mas.
Cual es verdad, cual es opinion, cual exageración.
Si eliges la 1 corresponde a lo que se sabe fehacientemente. Es, por tanto verdad. Si eliges la 2, das por supuesta sospechas que no han podido ser comprobadas aún, por tanto, introduces una opción personal, una opinión. La 3 es una exageración manifiesta y torticera, cargada de sectarismo. Los tres son datos, pero sólo uno responde a una verdad incontestable y contrastada.
Este ejemplo reproduce las alternativas que se dieron con los datos en el caso de los EREs
El programa dio como buena la segunda, y trató de falsas la 1 y la 3. Con ello introdujo opinión y sesgo, concretamente el que dio el periodista de El Mundo. Hace unas semanas en El Gran Debate invitaron a otra periodista experta en el tema ERE. Daba como cifras de fraude más de 250 mill. (era una periodista del ABC).
Por tanto, no es un problema el que escuezan más o menos las criticas. Desde el primer euro de fraude, ya supone algo perseguible e inmoral, pero si se vende un programa televisivo, apelando al analisis aseptico de los datos, eché en falta a más de un invitado por cada tema, para contrastar la información que proporcionaban, no sea, que el viene a dar el dato, traiga bajo el brazo el sesgo de su opinión.
El ejemplo es muy claro, gracias por él. Entiendo lo de los invitados, considero, al igual que tú, que sería interesante que el programa llevase al plató a diversas fuentes para que nosotros mismos, los espectadores, pudiésemos contrastar datos que se nos ofrecen ya que la neutralidad es y seguirá siendo una utopía para el ser humano y si queremos conformarnos una opinión al respecto de lo que sea tenemos que escuchar diversos puntos de vista, incluso aunque se trate de las más objetivas cifras. Pese a todo, por mi juventud o no, a mi el programa no me a decepcionado. Mejorable, sí, pero como todo. Estoy segura que hay cosas en el periodismo y demás que a mi edad, por inexperiencia, soy incapaz de ver, pero con los años eso se solucionará. Para entonces ya les podré reafirmar o desechar mi actual opinión, eso ya se verá.
Muchas gracias de nuevo.
El ejemplo es muy claro, gracias por él. Entiendo lo de los invitados, considero, al igual que tú, que sería interesante que el programa llevase al plató a diversas fuentes para que nosotros mismos, los espectadores, pudiésemos contrastar datos que se nos ofrecen, ya que la neutralidad es y seguirá siendo una utopía para el ser humano y si queremos conformarnos una opinión al respecto de lo que sea tenemos que escuchar diversos puntos de vista, incluso aunque se trate de las más objetivas cifras. Pese a todo, por mi juventud o no, a mi el programa no me ha decepcionado. Mejorable, sí, pero como todo. Estoy segura que hay cosas en el periodismo y demás que a mi edad, por inexperiencia, soy incapaz de ver, pero con los años eso se solucionará. Para entonces ya les podré reafirmar o desechar mi actual opinión, eso ya se verá.
Muchas gracias de nuevo.
Dices que los programas de Evole y Ana Pastor solo dañan al votante progresista, no dañan al votante progresista, dañan al partido que supuestamente va de progresista, y no lo es. Obviamente el PP y el PSOE no son iguales, pero son primos hermanos. También es cierto, que por el perfil de votante del PP da igual quién se presente o que hagan o qué incumplan, a día de hoy el PP sigue siendo el partido con mayor intención de voto, cosa realmente triste, y que deja ver muy claro, el nivel político que tenemos. Para mi Salvados y El Objetivo, pretenden abrir los ojos, a quién se quiera dejar, el que quiera seguir en su mundo de PPSOE allá el, aunque todavía, para los que no pensamos como ellos, siguen decidiendo la vida del resto de los españoles con sus votos perennes a estos partidos. Para mi lo que está claro, es que en estos momentos, ninguno de los dos partidos mayoritarios está capacitado para gobernar dignamente, y de los dos siguientes tengo montañas de dudas. Pero todo lo que sean datos e información bienvenido sea.
Vamos a ver algo muy claro: una empresa privada con claros tintes de enriquecimiento, no puede ser un adalid de conciencia de clase, de defensa de lo público o de cambio de sistema, ya que se nutre del mismo y no puede morder la mano que le da de comer. Dicho esto ¿a alguien le extraña que La Sexta se apunte al carro? Nunca fue referente anticapitalista en sí, pero ahora mismo es un ente «anti-público» que atufa….eso si, de manera muy sutil para no perder la clientela, que no son tan tontos.
La tele es plástico… no sé que más puedo añadir… se me ocurren muchos argumentos para darle más validez, pero tú misma lo defines casi al inicio de ésta entrada… No hay vocación informativa, sólo generar opinión afín al régimen, o destruir y ridiculizar la contraria. Plástico. Un cordial saludo.
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