Esta mañana, el Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha comparecido en la Cámara, obligado por el escándalo internacional que ha supuesto los papeles de Bárcenas en los que queda más que obvia la financiación irregular, sino ilegal del Partido Popular durante los últimos 20 años, obligado por la amenaza de Moción de Censura por parte del líder de los socialistas Alfredo Pérez Rubalcaba, obligado por el clamor popular de una ciudadanía harta de soportar salvajes recortes sobre sus espaldas mientras otros en Génova recibían sobresueldos.
Esta mañana, el Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en lugar de explicar por qué se mensajeaba con un delincuente confeso como Luis Bárcenas y qué quería decir cuando aseguraba al delincuente que hacían todo lo que podían, se ha enredado en leer citas de Rubalcaba cuando era Ministro del Interior, terminando cada una de ellas con la coletilla: “fin de la cita”, que no tenemos claro si es una treta escénica de Arriola o que Rajoy es tan torpe orador que no ha comprendido que eran pistas para él pero no había que leerlas en voz alta.
Salvo los incondicionales de su bancada que le han aplaudido a rabiar ante cada obviedad, ante cada falacia, ante la desvergüenza de sacar pecho por la EPA cuando todavía estamos seis millones de españoles desempleados y sin miras de encontrar trabajo en demasiado tiempo, el resto del país hemos visto un Presidente del Gobierno acorralado, incapaz de hacer frente a la realidad frente a la que le ha puesto un brillante Rubalcaba y cuya única explicación ha sido emular al Campechano en un patético, lo siento, me equivoqué.
No ha aclarado si se equivocó nombrando a Bárcenas Tesorero, recogiendo los sobres que le daba, encubriéndole ante la prensa presumiendo de su honorabilidad, manteniéndole en plantilla hasta que el clamor popular y judicial les hizo despedirlo simuladamente, permitiéndole disponer de despacho en Génova, de coche oficial, de chófer, dándole a su señora el privilegio de entrar a declarar por el garaje en lugar de pasando vergüenza frente a la prensa como cualquier otro imputado o enviándole mensajes de apoyo, cariño y fuerza en los que le aseguraba que hacían todo lo que podían por él, que como bien ha dicho Rubalcaba quiere decir que lo que no hacemos es porque no podemos, no porque no queramos…
Tampoco ha asumido la responsabilidad de su error, porque cuando un político de máximo nivel, el Presidente de España, el Presidente del Partido Popular, se equivoca tiene que comprender que no basta con una disculpa, que no ha sido un desliz, un resbalón, un traspiés, que han sido años de encubrimiento, mentiras, falta de respeto a los ciudadanos, años de recibir sobresueldos en su partido en A y en B, años de recibir donaciones de grandes empresas constructoras a cambio da la adjudicación de obra pública allá donde gobernaban los populares, años de pagar campañas electorales de forma ilegal con estas suculentas mordidas, años de amañar el resultado de las votaciones al competir de forma desleal, o como ha dicho Rubalcaba, dopados…
Hoy, en sede parlamentaria, toda la oposición, salvo la derecha catalana, han pedido la dimisión de Rajoy, que asuma su responsabilidad y se marche, que deje de dañar la imagen de España, de perjudicar la recuperación económica que necesita de confianza internacional, que devuelva la dignidad a las instituciones españolas, la confianza en la política a los ciudadanos, que asuma las consecuencias del error que él mismo ha reconocido, pero me temo que Rajoy está sordo, ciego y mudo ante el clamor de la sociedad española y no tiene intención alguna de asumir nada. Mañana se irá de vacaciones, un lujo que millones de españoles no pueden permitirse este año, y mientras se fuma un puro igual se acuerda de aquello que dijo mi admirada Escarlata O’Hara al pie de la impresionante escalinata de Tara: mañana, eso ya lo pensaremos mañana.
PD: MI COLUMNA DE LOS JUEVES EN DIARIO PROGRESISTA: LO IMPORTANTE ES LA ECONOMIA
Buen análisis de a 2. Hecho más en falta lo dicho por otros portavoces como Coscubiela, Baldoví, Cayo Lara o Rosa Díez.
He de reconocer que lo he escrito antes de escuchar al resto de líderes de la oposición, mañana volveré a escribir sobre el asunto con una mirada más general y reposada, gracias.
Es que Ariola le conoce muy bien por eso ha puesto entre parentesis «fin de la cita», en lugar de poner «aplausos», la bancada pepera estaba en el ajo, cada fin de cita aplausus que te crio, aunque a mi no me ha quedado claro si los aplausos iban dirigidos al titular de la cita, o a quien la citó 😉
Qué pena que no seas monárquica, serías casi perfecta. 😉
Por cierto que lo de hoy ha sido de bochorno. Rajoy atacando al PSOE y recordando el pasado en ese vergonzoso «y tú más» que siempre tienen en la boca.
Lo siento pero Rubalcaba ha estado flojo para lo que la ocasión merecía, llámame abuelo batallitas pero cómo he echado de menos a ese Alfonso Guerra de aquella época pasada. Se lo hubiera merendado con patatas al lerdo de Rajoy y sus coletillas en sus discursos siempre leídos.
Casi ha tenido mejores momentos la bicha en su exposición, aunque luego se liara con sus vigésimo-una preguntas.
Y lo de Durán Lleida recien desayudado del Palace -así es como me lo imagino siempre- es de vergüenza ajena: con la que tienen en su propio partido!
En fin que este país, al que cada día odio más, me sigue pareciendo lo que siempre ha sido: de pandereta.
Hay que reconocer que Rubalcaba en la réplica ha estado genial, duro, contundente y dejando claro que su nombre jamás ha aparecido en papeles de un tesorero evasor de dineros como el de Rajoy. A mi me ha gustado Rubalcaba.
El presidente del Gobierno, con la intervención realizada, ha demostrado que le damos exactamente igual las demás personas que, aún viviendo en este país «marca España», no le hemos votado.
Le damos tan igual, que no merecemos ninguna explicación de cómo ellos se las arreglan para llegar a fin de mes y las demás personas no.
O no merecemos que nos digan si han jugado limpio.
Se ha equivocado, sí, pero de profesión. y no me refiero a la de registrador de propiedad, que seguro que es un crack y un símbolo de trabajo.
Independientemente de que le vote o no, de que esté con él de acuerdo políticamente o no, debe de representarme como ciudadana y debe darme las explicaciones oportunas. Porque está representando y al servicio de esta ciudadanía.
Si se ha equivocado, y su equivocación ha supuesto una brecha en la democracia, que dimita.
Cada vez que le veo o le escucho la intervención de esta mañana dando pena, me acuerdo de Demetrio Madrid, que dimitió siendo presidente de la Junta de Castilla y León, y al cabo de los años se demostró que era inocente. Y creanmé, no se si lo tendría que haber hecho.
Por eso Señor Presidente de los que le votaron, que son los que le han entendido sus gracias, porque para mí no me hace ni puñetera gracia ver los recortes que han provocado sus robos sistemáticos, me acuerdo de gente honrada que muy a su pesar, sí han dado ejemplo de dignidad. No es su caso.
Magnífico y brillante entrada querida Martu.