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CON O DE OBRERO

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Según la RAE obrero, ra. (Del lat. operarĭus).

1. adj. Que trabaja. U. t. c. s.

2. adj. Perteneciente o relativo al trabajador.

3. m. y f. Trabajador manual retribuido.

4. m. Encargado de cuidar de las obras en las iglesias o comunidades. En algunas catedrales era dignidad.

5. m. Dignidad de las órdenes militares que asiste a las juntas. Antiguamente cuidaba del convento, y, en defecto de los comendadores mayores, era capitán de lanzas.

6. m. Dezmero que en algunas partes pagaba directamente su cuota a la obrería de la iglesia catedral.

7. m. ant. Maestro de obras, aparejador.

8. m. ant. Hombre que obra (‖ hace algo).

Mientras preparaba esta charla he preguntado a gentes de muy diversa ideología, edad y procedencia sobre lo que significaba para ellos el término obrero y la primera respuesta que obtuve en twitter fue: “obrero=esclavo, a ver cómo lo arregláis”, que me dejó bastante inquieta, no solo por la concepción tan negativa de obrero que tenía quien me lo dijo, sino porque dejaba la responsabilidad de cambiarlo sobre nuestros hombros, los de los socialistas.

Algunas respuestas recibidas me parecen razonables, curiosas e inquietantes por lo que voy a compartirlas con vosotros como principio de esta reflexión colectiva, por ejemplo: «obrero en el siglo XXI define a quien recibe la mayor parte de sus ingresos de su trabajo, no de rentas del capital”. O este otro: “interesante reflexión, yo me considero obrero, trabajar más de 40 horas y no llegar a fin de mes, a veces ni si quiera a mediados”. También el que nos advertía de que: “Para mí, uno de los triunfos del capitalismos es dividir y difuminar a la clase obrera. Por otro, lado, ahora es un colectivo más”. Me gusta esta amplia: “Veamos, obrero es todo aquel que depende de su trabajo como única moneda de cambio para conseguir el dinero para vivir. Por tanto, salvo los que tienen dinero de nacimiento y ese dinero les genera más dinero, el resto, deberían ser obreros, aunque ellos no lo sepan o no quieran verlo así. Esta crisis ha demostrado precisamente eso, que hasta un médico es un obrero”. Esta me ha dolido: “Obrero en la actualidad es aquella persona q trabaja por un jornal o sueldo poco organizado sin conciencia de clase y sin ningún partido q defienda sus intereses”. O esta otra: “no te olvides de los investigadores becarios precarios que tenemos en nuestras universidades y al final cuando sacan sus tesis se van al extranjeros súper-formados, esos son también nuevos OBREROS”. Por último esta resume muy bien mi pensamiento previo del tema: “obrero, clase obrera: conciencia de clase: nosotros la abandonamos hace ya tiempo, pero ¿y la derecha? ¿No está demostrando con hechos que mantiene intacta su conciencia de clase? ¿Sería bueno que recuperáramos conciencia, y que nuestra defensa del obrero en versión moderna (asalariado, funcionario, desfavorecidos, excluidos) frente a los privilegios de los poderosos (que la derecha favorece a ritmo endiablado) fuese la bandera del socialismo? Puede que sea necesario recuperar el discurso de conciencia de clase OBRERA adaptado”.

Nuestro Presidente, José Antonio Griñán me comentaba a vuela pluma Obrero es el que vende su fuerza de trabajo y los frutos de su trabajo a alguien, una empresa, con la que mantiene una relación de dependencia. Es una relación que se caracteriza por la dependencia y la alienación.

Amparo Rubiales, Presidenta del PSOE-Andalucía me recordaba el importante papel que tenía la clase trabajadora para la II República: no es fácil, es una palabra que nace con la revolución industrial y que luego se va sustituyendo por trabajador/a. La Constitución del 31 definía a España como «una República democrática de trabajadores de toda la clase, que se organiza en régimen de Libertad y de Justicia», para afirmar a continuación que «la República constituye un Estado integral, compatible con la autonomía de los municipios y las regiones».

Nuestra Vicesecretaria General, Elena Valenciano es quien me ha sugerido el título de la ponencia: “con O de Obrero” y me ha enviado la siguiente definición: el trabajador se convierte en obrero cuando vende su fuerza de trabajo a otro llamado patrón, o capitalista, poseedor de los medios de producción y del capital necesario para que produzcan». Desde Marx han cambiado los medios de producción pero nadie lo ha definido mejor. Por eso han cambiado las formas de explotación, pero seguimos luchando contra todas las formas de explotación.

Mario Jiménez, Secretario General del PSOE-A: obrero, en el pasado representaba al trabajador manual por cuenta ajena con escasa cualificación, salario y derechos. La lucha por la mejora de sus condiciones de trabajo fundamentó la aparición de los movimientos de izquierda. Para actualizar el concepto a día de hoy basta con quitar manual y cualificación.

Antonio Miguel Carmona, Diputado de la Asamblea de Madrid y miembro del Comité Federal nos dice: DEFINICIÓN Obrero o proletario es todo trabajador que no posee medios de producción y vende su fuerza de trabajo. Ahora lo llamaríamos trabajador por cuenta ajena.

 ATAQUE CAPITALISTA El capitalismo y sus defensores utilizan todo tipo de instrumentos para destruir la lucha obrera, la lucha proletaria o la lucha de los trabajadores. Uno de ellos es destruir sus medios de defensa: los sindicatos. Otro es el lenguaje y tratan de hacer que parezca obsoleta la palabra obrero. Al dominar los medios de comunicación consiguen que, efectivamente, parezca obsoleta.

SIN EMBARGO Obrero es trabajador por cuenta ajena que no posee medios de producción y vende su fuerza de trabajo de cuyo resultado extrae la empresa la plusvalía. Eso es evidente.

NEGOCIACIÓN Y negociamos la cuantía de la plusvalía.

OTROS Luego están los aliados de clase, como decía Gramcsi: autónomos, emprendedores, organizaciones feministas, asociaciones juveniles.

PS-O-E El PSOE es por tanto un partido obrero porque es un partido de trabajadores. Que aglutina, porque es de la segunda internacional socialdemócrata, a los aliados de clase.

Isidoro, ahora militante del PSOE, antes del PC nos recordaba nuestros orígenes: en los años ochenta del pasado siglo esperábamos la «sociedad del ocio» como futuro (sociedad en la que, merced al progreso tecnológico, el trabajo lo harían las máquinas y la intervención humana en el mismo se reduciría y se repartiría. Como consecuencia, las personas tendrían ante sí innumerables posibilidades para disfrutar de la vida y la sociedad sería más feliz). Vana ilusión, el problema es que las máquinas no son propiedad de los obreros (como preconizaba el socialismo marxista, «la propiedad de los medios de producción») son del empresario y como consecuencia nos encontramos con:

a)      menos trabajo sin reparto.

b)      menos necesidad de obreros para producir los mismos objetos.

c)       el conocimiento cada vez acompaña menos a las personas, se acumula en grandes ordenadores.

d)      las máquinas sustituyen (o degradan) la cualificación de los obreros. Obreros menos cualificados que tienen que realizar más horas de trabajo por menores sueldos.

Desde CCOO, un compañero me indicaba: “El obrero sigue siendo hoy el elemento esencial en la sociedad capitalista, pero el capital intenta degradar esa importancia para sin minusvalorar su relevancia. Ser obrero hoy no es solo vender su fuerza física de trabajo, un obrero es un científico, un ingeniero, etc. pues todos ello  que carece de propiedad sobre los medios de producción y se ve obligada a vender su fuerza de trabajo para proporcionarse en los medios de subsistencia. Por eso hoy más que nunca la definición marxista de clase obrera sigue teniendo plena vigencia”.

Otro compañero de Izquierda Socialista hacía una reflexión más profunda y dolida que quería compartir con vosotros: “Si me preguntan qué es ser obrero hoy, desde luego pienso en obreros que piensan en izquierda, vitalmente antagónicos a la Patronal, aunque haya obreros de derechas, pero esos no piensan. Ser obrero hoy es ser consciente de que se depende de la fuerza de tu trabajo, ser consciente de la clase a la que se pertenece, porque las clases existen y los poderosos y un sector de la clase media, están en lucha. Los capitalistas niegan que existan clases y que haya lucha de clases, solo hay sectores sociales y se reducen a dos, ricos y pobres, sobre todo, ahora que se está empobreciendo en una estrategia meditada a las clases medias. Pero eso, es una gran mentira. Otra cosa es que para que los obreros pierdan la conciencia de su condición, la noción de que están explotados y oprimidos, se desproletariza a los trabajadores, se les permite el acceso a una vivienda y se les facilita cierto bienestar, disponer de un utilitario y acceso a determinados bienes de consumo y ala, ya no hay obreros, nos cargamos la lucha de clases, es el gran triunfo sociológico del post franquismo, la desproletarización de la clase obrera. Pero todo es una gran mentira y siguen existiendo obreros y ahora se está produciendo, por la crisis, el empobrecimiento de los asalariados y de autónomos, es el efecto contrario, se está proletarizando a la clase trabajadora, lo que no quiere decir que esa proletarización, conlleve un aumento de la conciencia de clase y del conocimiento de la explotación y opresión a que se está sometiendo a los trabajadores por el capitalismo salvaje, que desde la caída de la URSS y la desaparición de lo que se conocía como los países del este, la desaparición de la guerra fría, ya no tiene freno. Por eso, el empobrecimiento de las masas y el hecho de que se estén proletarizando los trabajadores, debe ser aprovechado por los activistas políticos para aumentar la conciencia de clase y el conocimiento real de la explotación, opresión y sobre todo, alienación a que se somete a los obreros y trabajadores en general. Hay que agitar las conciencias, levantarse y ponerse en marcha, porque aunque se niegue, aunque no se perciba, hay lucha de clases, estamos en guerra y la están ganando ellos, los poderosos, los que detentan el poder, la riqueza y en definitiva,  los que detentan la propiedad de los medios de producción, es, vuelve a ser, el fascismo económico que está provocando el fascismo político y sociológico”.

El compañero Manolo Mata a quien conocéis bien por estas tierras me escribía lo siguiente: “Han cambiado mucho las cosas desde que millones de menestrales vendían su fuerza de trabajo a los dueños de los medios de producción. Los obreros en estos albores del siglo veintiuno venden su trabajo en la administración, en el sector servicios, en la industria residual, no tanto ya a propietarios de capital sino a élites que dominan la información, se sitúan en la cúpula de los grandes conglomerados empresariales y financieros cobrando salarios de cuantía descabellada.

La cuestión esencial es que los inventos de la humanidad y la creación de riqueza artificial a través de mecanismos únicamente financieros han provocado que ya no haga falta trabajo humano en las cantidades en que se necesitaba desde la Guerra Mundial hasta los años 90. Las sociedades modernas no pueden garantizar trabajo aceptable a todos sus miembros. Se generaliza el subempleo, la temporalidad, la inestabilidad laboral, el infratrabajo respecto a la capacidad y la titulación, ingresos insuficientes para llevar una vida digna.

Ser capaces de garantizar una vida digna a las personas con trabajo o sin él es un reto esencial que tiene el riesgo de estratificar definitivamente. Los trabajadores sin trabajo o mal pagados por un lado, y por otro los que tienen trabajos estables. No hay más remedio que desvincular trabajo y vida”.

Melchor Miralles, periodista me decía: “Obrero es en puridad quien trabaja, al margen de su cualificación. Tradicionalmente se ha identificado el término obrero con albañil o con trabajador manual. Siendo una palabra que puede parecer en desuso, tanto semántica como conceptualmente siempre he pensado que obrero es todo aquel que desempeña una función laboral. Los avances tecnológicos han modificado todos los mercados laborales, fuerzan a modificar la formación de los ciudadanos, pero por muchas máquinas que sustituyan a los seres humanos, en puridad, siempre habrá obreros, porque siempre los seres humanos tendrán que trabajar”.

El ABC nos da su “particular” definición del término: “El término obrero se emplea para referirse a las siguientes cuestiones: a aquel que trabaja, a los trabajadores y a todo aquello relativo a los mismos. De todas maneras el uso más difundido es para referirse al trabajador manual asalariado, conocido también como operario.

El obrero suele desempeñarse en obras, tal como se denomina al edificio o la estructura en construcción en la cual se está llevando a cabo una construcción, o en su defecto se está arreglando alguna edificación rota. Los tres obreros que contratamos no alcanzaron para terminar la obra en la terraza y por ello tuvimos que extenderla unos días más. Y el otro ámbito laboral en el cual también es recurrente la presencia de los obreros es en la industria, conocidos también como operarios aquí, los obreros son los que tienen la misión de llevar a cabo la producción de la industria en cuestión.

El obrero integra, forma parte, de lo que se conoce como clase obrera, que es la clase social a la cual pertenece el conjunto de individuos que aparecerían como consecuencia del trabajo asalariado.

En una economía moderna como la de nuestros días, la clase obrera es aquella que aporta al sistema económico el factor trabajo a instancias de la producción, en tanto, a cambio de ello reciben un salario de parte de los dueños de los medios de producción.

La Clase obrera se encuentra en una escala social menor a la clase capitalista que es justamente la que aporta el capital en el proceso de producción.

Por otra parte, el concepto clase obrera se emplea para distinguir a los trabajadores industriales asalariados de otros grupos tales como los trabajadores rurales, los autónomos, los empleados de servicios, entre otro”

MI OPINION AL RESPECTO DE CON O DE OBRERO: Tradicionalmente somos los socialistas los que nos hemos preocupado por la clase obrera, por la clase trabajadora, ya desde hace 134 años cuando el 2 de mayo de 1879, en Madrid, un grupo de intelectuales y obreros, fundamentalmente tipógrafos, encabezados por Pablo Iglesias, se reunieron clandestinamente y fundaron la Agrupación Socialista Madrileña. El PSOE fue así uno de los primeros partidos socialistas que se fundaron en Europa, como expresión de los afanes e intereses de las nuevas clases trabajadoras nacidas de la revolución industrial. Para defensa de los derechos de los trabajadores, se creó en 1888 la organización sindical socialista, la Unión General de Trabajadores.

Nuestro primer programa electoral decía lo siguiente: Considerando: “que esta sociedad es injusta porque divide a sus miembros en dos clases desiguales y antagónicas, una, la burguesía, que, poseyendo los instrumentos del trabajo, es la clase dominante, otra, el proletariado, que, no poseyendo más que su fuerza vital, es la clase dominada; que la sujeción económica del proletariado es la causa primera de la esclavitud en todas sus formas: la miseria social, el envilecimiento intelectual y la dependencia política; que los privilegios de la burguesía están garantizados por el poder político, del cual se vale para dominar al proletariado;

Por otra parte: considerando que la necesidad, la razón y la justicia exigen que la desigualdad y el antagonismo entre una y otra case desaparezca, reformando o destruyendo el estado social que las produce; que esto no puede conseguirse sino de un modo: transformando la propiedad individual o corporativa de los instrumentos del trabajo en propiedad común de la sociedad entera; que la poderosa palanca con que el proletariado ha de destruir los obstáculos que a la transformación de la propiedad se opongan ha de ser el poder político, del cual se vale la burguesía para impedirla reivindicación de nuestros derechos:

Por todas estas razones, el Partido Socialista declara que tiene por

ASPIRACION:

1º La posesión del poder político por la clase trabajadora

2º La transformación de la propiedad individual o corporativa de los instrumentos del trabajo en propiedad común de la nación.

3ºLa constitución de la sociedad sobre la base de la federación económica, de la organización científica del trabajo y de la enseñanza integral para todos los individuos de uno y otro sexo.

En suma: el ideal del Partido Socialista es la completa emancipación de la clase trabajadora. Es decir, la abolición de todas las clases sociales y su conversión en una sola de trabajadores, dueños del fruto de su trabajo, libres, iguales, honrados e inteligentes.

Fuimos los socialistas, los que, en los Pactos de la Moncloa, sellamos un gran acuerdo con los demócratas cristianos para mejorar las condiciones de vida de los trabajadores, para conseguir unas relaciones laborales dignas, para sentar las bases del Estado de Bienestar que hoy está en serio peligro bajo las zarpas liberales del Partido Popular y sus poderosos amigos.

Con Felipe González como Presidente, desde el año 82 hasta el año 96, se diseñó el actual Estado de Bienestar que suponía la mejora de las condiciones de vida de la clase trabajadora, incrementando cuantitativa y cualitativamente la llamada clase media y reduciendo considerablemente las diferencias sociales, quizás tanto que al final perdimos la conciencia de clase trabajadora y hoy lo estamos pagando, quizás.

En cambio, en los últimos tiempos hemos asistido al espectáculo lamentable del Partido Popular apropiándose de nuestro discurso. Todos recordaréis a María Dolores Cospedal bramando en un mitin que ellos eran el Partido de los trabajadores. Contra esto hemos de luchar con todas las armas a nuestro alcance porque las ideas se defienden con las palabras y si permitimos al contrario apropiarse de palabras eminentemente nuestras como: obreros, trabajadores, derechos sociales, nos será muy difícil sostener que nuestros principios y valores son distintos y superiores a los suyos.

En un país con seis millones de parados, según la Encuesta de Población Activa, con casi dos millones de hogares en los que ya no trabaja ninguno de sus miembros, con tres millones de personas viviendo en pobreza extrema. En una España en la que los niveles de renta familiar han caído hasta cifras del año 2001, con el 6,4% de los españoles al borde de la exclusión social, es la clase trabajadora, los obreros, quienes están soportando el peso de la crisis, de los recortes austericidas de esta derecha dañina que nos gobierna, no solo en España, sino también en Europa.

Pero esto no es casual, en los últimos años se ha producido un aumento sin precedentes de las desigualdades sociales, mientras que los ingresos de las personas con menos recursos van cayendo año a año, en los hogares acomodados, la tendencia es a la inversa. Cada día tienen menos los que menos tenían y tienen más los que más tienen. Es la lucha de clases, compañeros, que de manera silenciosa vamos perdiendo.

Los que hoy salen a la calle en defensa de la Educación Pública de calidad, de la Sanidad Universal, Gratuita y de calidad, de los derechos de los trabajadores, salen a la calle a defender nuestro programa, el ideario socialista desde su creación hace 134 años, aunque ellos no lo sepan, aunque en ocasiones renieguen de nosotros. Cualquier discurso de Pablo Iglesias es perfectamente asumible y asimilable en nuestros días. El programa electoral con el que nos presentamos a las elecciones hace más de un siglo es de una vigencia aterradora. No debemos avergonzarnos de términos como obrero, lucha de clases, clase trabajadora, redistribución de la riqueza, porque esas son nuestras armas desde que nacimos.

LA PRESENTACION DE ESTA CHARLA

Acerca de martuniki

Progresista, celíaca, menopaúsica, "jarta" de la política actual.

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  1. Con la dos acepciones primeras del DRAE no valdría para hacer un análisis del término y cómo desarrollarlo. Usted se hace cargo de opiniones interesadas (lógico) pero nada interesante en lo que se refiera a lo intelectual o social de dichas citas mencionadas en el articulo. Y por lógica queda diluido por muy extenso que lo haga…

    Un obrero no tiene que ser necesariamente un esclavo o sinónimo del termino. Un empresario es un obrero (salvo raras excepciones) como lo es el medico, un abogado…
    Otra cuestión es, en que condiciones desarrolla su trabajo y los beneficios del mismo.

    Si le preocupa el termino: esclavo. Podríamos ir al ideológico, al social, etc.

    No le entretengo más Sra. suya. Luego vaya a la playa (levante o poniente) que son las mejores de Europa, y puede que sea lo mejor del día.

    Y no queméis iglesias, que las monjitas como muchos curas, hacen labores sociales muy útil para la comunidad. Salud.

    p.d Me dirás que no, pero circular por la red.

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  2. Txema Fernández

    Bien, algunos han conseguido descifrar conceptos clave para ayudarnos a comprender la causa por la qué decidimos luchar uniendonos al PSOE. Podriamos hacer el mismo ejercicio dentro de otros 30 años ¿que os parece?

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  3. Juanjo Herrero de la Puente

    Pasa también, que algunos trabajadores, y por lo tanto obreros, cuando su trabajo es más «fino», ya no se consideran obreros, se creen de una clase superior, y claro, ya no pueden ser de izquierdas..

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  4. Martu te has enredado un poco con el lenguaje, que es importante, ya lo creo que lo es pero los problemas del PsoE, que se han venido agudizando desde hace más de 30 años, vienen más por la vertiente de los personajes. En el APARATO POLÍTICO se han encaramado una panda de «señoritos» totalmente incompatibles con el SOCIALISMO, mientras no se les expulse o se les aísle habrá problemas. En el «aparatillo» burocrático-administrativo también se han encaramado una pléyade de personajillos usualmente aportados por el otro aparato que también es imprescindible aislar.

    Como creo que todos los compañeros me entienden no voy a ser más explícito.

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  5. Sigue plenamente vigente la definición que hizo Marx de la clase trabajadora: aquella que sólo tiene su fuerza de trabajo para ganarse la vida y la vende a un capitalista. El problema es que desde los años ochenta hasta el estallido de las burbujas que han desencadenado esta crisis, muchos trabajadores se han equivocado. Han pensado que éramos ‘clase media’ sólo porque hemos accedido a un nivel de consumo nunca antes visto. Pero era -se ha demostrado abruptamente con el aumento de paro y los desahucios- un espejismo. Incluso no pocos trabajadores han creído de veras que haciendo méritos en su empresa, metiendo horas, congraciándose con el jefe, ascenderían de tal modo en el escalafón, que ellos -individualmente- conseguirían salvarse de una posible purga si es que venían mal dadas. Luego vinieron mal dadas y se fueron a la calle igual que el resto. Porque la única manera de salvarte si eres trabajador es unirte a tus compañeros, y no darles codazos para ascender en la empresa. De las crisis sólo se salvan seguro los capitalistas. Lo trabajadores, depende. Es decir, depende de si tienen claro cuál es su posición en este juego (sólo tienen su fuerza de trabajo para ganarse la vida). En otros países no sé si habrá habido clase media de verdad, pero lo que es en España, conociendo a los garramantas de empresarios, banqueros y demás oligarcas que tenemos, lo de ‘clase media’ es un chiste.

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