Ya os escribí hace poco por aquí sobre el furor pro primarias que le había entrado a la Lideresa del PP de Madrid, Esperanza Aguirre, solo con el fin de incordiar a su Presidente y para nuestra desgracia, de todos nosotros, Mariano Rajoy y que la convirtieron por unos días en la adalid de la elección democrática de los líderes de los partidos mediante primarias, en su caso, de su militancia.
Hoy veo con estupor otro advenedizo de las primarias, casi tan populista como ella, Albert Rivera, explicando que ha creado una plataforma ciudadana para enfrentarse a los malvados partidos políticos, como si él no hubiera militado en el PP catalán desde que le salieron las muelas del juicio y hasta que, en el mejor estilo Rosa Díez, montó su propio partido, Ciutadans. Y no contento con esta pirueta de siendo político presentarse como el regenerador de la clase política, ha afirmado que los ciudadanos quieren líderes elegidos en primarias, pero sin trampas, en clara referencia al único partido que hasta ahora ha elegido varios de sus líderes mediante primarias de su militancia, el PSOE.
Tiene mucha gracia que desde derecha, más derecha y hasta izquierda auténtica se llenen la boca con la necesidad de primarias cuando en sus partidos no las practican y que tengan la desfachatez de afear y criticar al único Partido que las tiene en sus Estatutos, las practica y las va a ampliar a toda la ciudadanía en la próxima elección de candidato a las generales 2015.
Sobre las supuestas trampas en las primarias del PSOE, conviene aquí poner pie en pared y dejar claro que nuestros procedimientos pueden ser mejorables, pero son los más limpios, democráticos y transparentes que existen actualmente en el panorama español.
Yo ya he participado en tres elecciones mediante primarias, si no recuerdo mal, las primeras, las que enfrentaron al candidato del aparato del Partido, Joaquín Almunia contra el preferido por las bases y a la postre ganador, Josep Borrell. Sin tanta proyección mediática, sin redes sociales y sin más medios que su carisma, Borrell ganó aquellas primarias porque así lo quisimos la militancia, sin trampa ni cartón. Creo que también elegimos en primarias a Morán, como candidato a la alcaldía de Madrid aunque estas las recuerdo vagamente, eso sí, volvimos a ganar la militancia al candidato del aparato.
Y en 2010 tuvimos la madre de todas las primarias en Madrid, las que enfrentaron a la candidata del aparato de Ferraz y de Moncloa, Trinidad Jiménez, contra el Secretario General de los socialistas de Madrid, Tomás Gómez. Un mes y medio recorriendo cada rincón de Madrid en busca del voto militante, una lucha descarnada en las redes sociales, una pelea en los medios de comunicación clásicos y como resultado, la participación del 86% de la militancia con una ajustada victoria, contra todo pronóstico, de Tomás Gómez.
Todas estas primarias, vividas en primera persona, se caracterizaron por una cosa: todo el que quiso avaló a su candidato y toda la militancia votó libremente, en urna, con sobre y papeleta secreta y por tanto, nada hay más democrático y transparente que eso. Que podríamos pedir menos avales, estoy de acuerdo. Que podríamos fijar un calendario que objetivara con cuánta antelación se pueden o deben convocar primarias, también. Que aquellos candidatos llamados “del aparato” disponen de más medios que los que no lo son, es verdad, en la vida siempre hay uno que tiene más, pero eso no ha sido determinante en el resultado como os acabo de explicitar. Que todo procedimiento es mejorable y este también, sin duda alguna. Pero que nadie va a venir, ni desde la derecha, ni desde la izquierda, a darnos lecciones de democracia a los socialistas es un hecho cierto, al menos, no delante de mí, al menos no con mi consentimiento, ni mucho menos con mi silencio.
Muy de acuerdo con tu escrito, pero tambien se necesitan listas abiertas, no estoy de acuerdo que el elegido ponga a quien le de la gana y a votar, y como bien dices siempre los de arriba, no paran de poner palos a las ruedas y asi nos va a los socialistas, si no les ries las gracias, estas en contra de ellos y lo siguiente es, apartarte al no estar en su «Peti comite»
Una cosas más para estar orgullosos de militar en el PSOE.
Así se dice.