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TODOS LO SABÍAIS, MENOS YO.

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Dos de abril, entramos de aplaudir a nuestros héroes, esos que se están jugando la vida por nosotros, en los hospitales, en las calles, en los camiones, en los supermercados… cada uno según su capacidad, todos dándolo todo. Gracias.

Me aburro, me aburro, me aburro mucho. Relata su letanía, megáfono en mano, como un alma en pena, por su balcón, un mozo anónimo aficionado al disfraz. Y a mí me pasa como a él, por lo que pierdo el tiempo y la salud mental en Twitter.

Hoy, la polémica la ha traído este tweet mío: La verdad es que vimos lo de China y pensamos que eso era cosa de ellos. Que era como la Gripe A, una alarma interesada. Vimos lo de Italia y pensamos que era porque su Sanidad era un desastre, no como la nuestra number one y seguimos vida normal. Y el que diga que no, miente.

Entre las 1400 respuestas hay insultos, aplausos, acusaciones de todo tipo, odio eterno al gobierno, incapacidad total de auto crítica, los míos buenos, los otros malos, nada de grises, ni de matices, pero solo un avispado tuitero ha dado con la clave, entre otras cosas, me gusta provocar. (Siento no poder poner textualmente lo bien que lo ha expresado porque entre la marabunta de respuestas no consigo encontrar la suya).

Los que sufráis más aburrimiento que yo, podéis entreteneros leyendo los comentarios pero el resumen puede ser: «todos lo sabíais menos yo» No me avergüenza reconocerlo, estaba convencida de que esto sería como la Gripe A o la gripe aviar, una alarma interesada para que los Gobiernos occidentales se dejaran la pasta en una carísima vacuna absolutamente innecesaria, como las que se pudrieron en un almacén en tiempos de Trinidad Jiménez contra la Gripe A.

Los anti Gobierno, más anti Sánchez que yo, quiero decir, lo sabían todos, estaban encerrados en sus casas desde febrero, no fueron al mitin de Vox, ni al fútbol, ni al cine o al teatro, no llenaban las terrazas de los bares aprovechando que hacía un tiempo casi veraniego, no. Ellos, veían Cuarto Milenio, sabían que venía el Apocalipsis, cargaron sus neveras, llenaron el cuarto de invitados de papel de culo y se encerraron en sus casas a cal y canto, eso dicen.

Ninguna Comunidad Autónoma compró mascarillas, ni trajes, ni reforzó la plantilla de los hospitales, esos semi privatizados y desmantelados a la chita callando. Ni siquiera la heroína Ayuso, que lleva dos semanas contándonos que llegan dos aviones cargados de cualquiera sabe qué, ni siquiera ella que es tan lista, compró nada mientras suya fue la competencia, nada menos que hasta el 12 de marzo. Los espabilados de los indepes catalanes fletaron 2 autobuses desde Igualada, que solo han traído de Perpignan enfermedad y muerte.

He criticado en mi Twitter que el Gobierno mantuviera la convocatoria del 8 de marzo por razones netamente de cálculo político. He constatado con estupor que están tan despistados como el resto de gobiernos del mundo, independientemente de su sesgo ideológico. Grandes potencias como Estados Unidos, antiguos imperios como el Reino Unido y casi toda Iberoamérica han negado primero la pandemia, han recomendado después afrontarla a puerta gayola y han tenido que rendirse ante la muerte que se extiende frente a sus ojos y adoptar medidas de confinamiento.

Pero lo que no voy a hacer es dármelas de adivina a posteriori. Todos estos de yo lo sabía, os lo advertí y demás se pueden ir a hacer puñetas porque hasta que no se ha decretado el Estado de Alarma y han sacado a la Policía y el Ejército para que nos quedemos en casa, aquí cada uno andaba a lo suyo, no como yo que andaba a lo mío.

Aún ahora, veo gente andando por la calle para comprar una barra de pan, sacando al perro a toda hora, en el super a por una bolsa de pipas, grabando vídeos chorras disfrazados, celebrando cumpleaños en el parque, saliendo a correr, montando en bici, escapado el fin de semana a sus segundas viviendas, usando las zonas comunes para hacer deporte… Qué os voy a contar si lo vemos en los telediarios, en el Whatsapp, en los memes, etc.

Me gusta mucho polemizar pero me gusta aún más obligarnos a ponernos (me incluyo) frente al espejo. Es mucho más cómodo que la culpa siempre sea de otros. Que todos nuestros males sean responsabilidad de malvados gobiernos. Que podamos verter todo nuestro odio, nuestra rabia y nuestra impotencia, por este drama atroz que estamos viviendo, en las espaldas de otros. Es mucho más cómodo pero no es ni sincero, ni constructivo.

Acerca de martuniki

Progresista, celíaca, menopaúsica, "jarta" de la política actual.

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