
Meme de @alvaro_sobrino
Esta semana, a raíz del morrazo que le echó la vice presidenta del Gobierno, aparcando su coche oficial en el carril bus de la Gran Vía, recién abierta al tráfico tras su peatonalización parcial con motivo de las Navidades, para entrar a comprar en el Primark Esperanza Aguirre ha vuelto a hacer de las suyas. Soraya disimuló diciendo que solo había estado unos minutos y que había dado orden a la escolta de que dieran vueltas a la manzana, pero lo cierto es que el coche oficial estuvo parado en el carril bus durante un cuarto de hora para que la vice hiciera sus compras cómodamente.
Pero volviendo al tema de Esperanza que me tiene anonadada. Ya hace años, allá por el 2006, la ínclita ex Presidenta de la Comunidad de Madrid, entonces en el cargo, afirmó en una biografía que no llegaba a fin de mes, textualmente escribió: «No tener pagas extra me tiene mártir, las he tenido toda mi vida y las echo de menos en Navidad y en verano. No es que haga números a final de mes, ¡es que muchas veces no llego!»
Que la Presidenta de una Comunidad Autónoma, ganando 8.395,24€ al mes, afirmara que no llegaba a fin de mes fue un insulto a la inteligencia y una falta de respeto a los millones de españoles que soportaban el paro, la precariedad, los bajos salarios o las pensiones ridículas. Por si no fuera suficiente con su pingüe salario y sin intención de meterme en honduras hay que recordar que Esperanza Aguirre es la Condesa consorte de Murillo, vive en un palacete y su marido amasa una importante fortuna.
Ayer, y para demostrar aquel refrán que dice que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra, Aguirre, al ser preguntada sobre la opinión que le merecía que Soraya Sáenz de Santamaría aparcara su coche oficial en el carril bus para entrar de compras en un gran almacén que se caracteriza por vender ropa muy barata, contestó: «los sueldos de los políticos no dan para mucho y donde podemos ir es a tiendas lowcost como Primark»
Por si esto de insultar a los españoles que trabajan por salarios de miseria, explotados por unos empresarios que han aprovechado la crisis y la Reforma Laboral del PP para mantener competitividad y beneficios a costa de bajar los sueldos, fuera poca cosa, la lideresa popular madrileña también recordó ayer su “incidente”. Recordemos que Esperanza Aguirre aparcó su vehículo particular en el carril bus de la Gran Vía para sacar dinero de un cajero y, cuando fue requerida por los Agentes de Movilidad para multarla, se dio a la fuga, llevándose una moto de la policía por medio, hasta esconderse en su palacete. Pero ella, sin pizca de rubor afirmaba: «Me va usted a contar a mí. A mí me hicieron un destrozo mediático porque en mí coche particular, durante un minuto, saqué dinero»
Si uno va analizando el comportamiento de Esperanza Aguirre a lo largo de su dilatadísima carrera política, su falta de empatía con la difícil situación que viven la mayoría de los españoles que sí que tienen dificultades para llegar a fin de mes, su falta de respeto hacia la infinidad de los trabajadores que no pueden soñar con ganar esos miles de euros mensuales y que jamás han pisado una boutique de marca, su absoluto desprecio por la policía municipal y las normas, ya no de tráfico, sino de la más elemental urbanidad, me hacen concluir que sí, que Esperanza Aguirre vive en la indigencia, en la indigencia moral.