Despedimos el 2011 con un espectáculo realmente admirable. Algunos compañeros ejecutan una compleja danza en zig zag que les lleva a estar hoy aquí, mañana allá. Poniendo de manifiesto que hoy más que nunca cobra actualidad aquello que decía Marx, Groucho: estos son mis principios pero sí no les gustan, tengo otros.
Los que tenemos la mala costumbre de decir lo que pensamos y sobre todo, pensar lo que decimos somos acusados de traidores, oportunistas o cualquier otra infamia que se les ocurra a estos profesionales del corcho, muy capaces de flotar en las aguas más revueltas.
Por fortuna, en el siglo XXI todo queda en las hemerotecas, los blogs, las redes sociales y la memoria colectiva. Por tanto, estos talentosos del cambio de chaqueta bien por sus propios intereses personales, bien por los de sus colectivos, queda desnudos ante las miradas del resto, expuestos en su suciedad y miseria.
Unos son mayores y les puede su misoginia y anticatalanismo. Otros recuerdan aquellos viejos buenos tiempos de una España con mucha caspa. Algunos son simplemente parásitos, profesionales de vivir del cargo da igual al servicio de qué líder, lo importante es seguir en la brecha.
La militancia asistimos atónitos a este baile osceno: danzad, danzad malditos que la semana que viene acudiremos a nuestras Agrupaciones a debatir ideas, a aportar soluciones y votar a nuestros delegados para que en los distintos congresillos sea la voz de la decencia y la coherencia la que se escuche por el ruido de barones, varones.
Martu:
Pones el dedo en la llaga.¿ Cuántos vividores/trepadores, sin ningún tipo de escrúpulos,dicen si bwana a todo con tal de seguir chupando del partido(fuera de el se moririan de hambre?,
Algunas fotos son patéticas,el tipo que debía haber abandonado la política en 2003 dando doctrina y defendiendo lo indefendible.
Ahora aparecen cristalinos algunas actitudes y comportamientos ocurridos en Madrid el año pasado.
Ya entendemos algunos odios viscerales ,no contra las personas sino lo que representan( decencia y honestidad).
Esperemos que esta carcoma no esté muy desrrollada, wsi así fuere el porvenir del partido es algo oscuro.
Un abrazo
La carcoma está bastante desarrollada, aunque no lo suficiente como para acabar con las vigas que soportan el partido. ¡Feliz año de congresos nuevo! 🙂
Fran, tu habitual bonhomía, que deduzco de los comentarios que sueles hacer aquí) no te exime de la obligación de utilizar símiles adecuados. Lo digo por lo de la carcoma, que has recogido del comentario anterior y la has elevado a la categoría de bastante desarrollada.
Desarrollada o no, cuando entra en una madera, la carcoma firma su sentencia de muerte y la convierte en irrecuperable.. Así que si piensas que las vigas que soportan el partido (en lo cual te doy la razón) se encuentran invadidas por estas larvas de coleóptero, es que los travesaños y puntales no tienen remedio.
La familia de estos Anobiidae que han carcomido el partido no son otros que los aduladores y lacayos de Zapatero, que han permanecido sin rechistar a lo largo de todos los años en que el iluminado ha estado gobernando a base de ocurrencias a cual más dañina. Los tienes por centenares en las ejecutivas, los comités, las cúpulas territoriales; forman este selecto mandarinato todos y cada uno de los que ahora protagonizan el rigodón a que asistimos, llámense Rubalcaba, Chacón, Page, Gómez, Barreda, Lópèz, etc, etc. y ya se encuentren en el escenario o entre bambalinas.
En ese congreso nuevo que tu asimilas al feliz año que acabamos de empezar, se producirán los cambios de personajes que correspondan a la situación en que se encuentre cada uno cuando el baile se detenga. Pero van a seguir todos y algunos hasta en el mismo sitio, como el Invictus Gómez.
O sea, que la carcoma bastante desarrollada va seguir haciendo su función a partir de febrero. ¿Entiendes por qué el símil era inadecuado para tu propósito de destacar la fortaleza de las vigas?
Con afecto y sigue con salud
Ya estamos acostumbrados a los análisis de la señora Garrote, tan acertados y precisos en el planteamiento como desenfocados en las conclusiones. Lo primero se deriva de su acrisolada militancia, de la mirada crítica que le proporcionan sus acendradas creencias socialistas y de la mezcla de memoria e intuición que son siempre necesarias para escribir de forma aseada sobre cualquier asunto. Nada hay que objetar habitualmente a esta parte de sus escritos, que en te caso lo constituye esa recopilación de personajes que pululan en el patio de monipodio que es hoy este partido: vividores, chaqueteros, misóginos, parásitos, profesionales del nadar y guardar la ropa y especialistas en saber buscar siempre acomodo en los aledaños del poder, si no en el poder mismo, para disfrutar de bicocas, canongías y prebendas.
Todo esto es perfecto y doña Marta lo borda artículo tras artículo, a veces con indignación, otras con hastío y siempre con rotundidad. Pero cuando llega a los últimos párrafos suele desbarrar y sacar conclusiones no ya precipitadas, sino claramente erróneas. Porque no es cierto que la militancia asista atónita a estos pasillos de comedias, ya que el personal no es tonto y tiene la memoria indispensable para recordar lo que ha sucedido en tantas ocasiones, mucho más en Madrid, patria de todas las felonías y movimientos de silla en el último minuto para dejar posaderas al aire o bien guarnecidas. No es cierto tampoco que las agrupaciones sean los focos de irradiación de coherencia e ideas salvadoras, porque si bien es cierto que en ellas se puede largar todo lo que se quiera, no lo es menos que los delegados terminan luego arropando al señorito de turno en los cambalaches de altos vuelos que se organizan en los congresos para aquello de «vamos a llevarnos bien…y así nos llevaremos lo que haga falta».
Así que la bloguera debería tentarse la ropa porque no sería de extrañar que, después de mucha tormenta de ideas y todo el reclamarse de los más demócratas del mundo mundial a que estamos asistiendo, salga elegido Rubalcaba por mano del diablo y el ínclito Tomás Gómez, por poner un ejemplo, tenga que hacer las piruetas necesarias para mantener, como todos, el poco o menos poder que tengan.
Y la militancia, no es que se vaya a mostrar atónita ante estas volteretas y saltos mortales, es que lo encontrará todo normal y pondrá de nuevo todos sus esfuerzos para servir al nuevo líder, echando a la mar los pelillos que hagan falta en aras de la unidad y de la obediencia debida. Tendremos nuevo barón, que será varón, y las tragaderas serán tan amplias como lo requiera el tamaño del sapo a tragar. Pero de quedarse atónitos, nada de nada